Razones para Decir No Cuando es No

Existe un motivo fundamental para aprender a decir no cuando es no. En primer lugar, defiendes tu propio espacio personal, fomentas tu libertad. Dejas claros cuáles son tus límites. Y no hay nada mejor en las relaciones personales que ser asertivo, definir las normas, aclarar qué quieres y qué no. Pero además, aunque a veces, supone una verdadera tensión emocional decir no, la realidad es que es mucho más difícil decir sí cuando en realidad querías lo contrario. Ser contrario con tu propio criterio te aporta una alta dosis de sufrimiento externo. ¿Y cómo entrenar esta capacidad de marcar límites?

Razones para Decir No Cuando es No

Razones para decir no

Empezando a experimentar en la práctica, es decir, dando el paso en la acción cotidiana. Asume como algo lógico que a quienes más nos cuesta decir no es a las personas más cercanas. Sin embargo, es tu derecho, no te sientas culpable. En primer lugar, porque cuando estás rechazando una acción no estás diciendo no a esa persona sino a la petición que te estás haciendo. Si quieres decir no, es mejor que des el paso sin dar un montón de rodeos, sin justificarte con mil excusas. Es mejor que seas sincero, claro y directo. Amable pero sincero.

Tienen que aprender a decir no, especialmente, aquellas personas que asumen el rol de cuidadoras, es decir, personas que constantemente están disponibles para los demás y se olvidan de sí mismas. Recuerda que no está en tu mano hacer felices a todos los que te rodean. Puedes colaborar en crear un entorno de alegría, amabilidad y bienestar. Sin embargo, no puedes poner sobre tu espalda ese peso de hacer todo para agradar continuamente a terceros.

Este es el principal motivo que lleva a muchas personas a decir sí cuando en realidad quieren decir no: agradar. Pero no por agradar, aquellos que te quieren de verdad te van a querer más. Tampoco aquellos a quienes acabas de conocer, te van a aceptar más. La libertad es un regalo, y debes ponerla en práctica.

Habrá momentos y situaciones en los que decir no, nos plantea un auténtico debate interior y sufrimiento emocional porque nos genera una lucha entre sí o no. A veces, tenemos miedo porque creemos que vamos a perder algo con esta decisión. Pero si tú estás tranquilo con la decisión que has tomado, intenta ser coherente. No le des más vueltas. Asume el criterio que has tomado y sigue hacia adelante.

Si tienes cualquier duda al respecto, habla previamente con un amigo de confianza. Te ayudará a relativizar la situación. Además, decir no a una persona no significa hacerlo para siempre. En muchos casos, es una negativa presente, de este instante. Pero puedes dejar la puerta abierta para otro momento.

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