El origen de las fobias

La persona que tiene una fobia tiende a experimentar emociones incontrolables de miedo y pánico que pueden parecer irracionales a otras personas. Estas emociones resultan muy perturbadoras y, en ocasiones, pueden dominar la vida de esa persona.

Existen diversos tipos de situaciones que encontramos en nuestras vidas que pueden despertar en nosotros emociones de miedo. Puede tratarse de algún tipo de amenaza a nuestra seguridad o bienestar o a la de personas importantes para nosotros. Nuestras reacciones a esa amenaza pueden ser perturbadoras pero resultan comprensibles. Puede tratarse de medidas que tomamos para asegurar nuestro bienestar o para tranquilizarnos y reducir nuestra sensación de alarma. Una vez que la amenaza desaparece, dejamos atrás nuestro miedo y seguimos con nuestras vidas de manera habitual. Pero experimentar una fobia es algo diferente. Lleva a algunas personas a sentir un miedo intenso ante situaciones o sucesos particulares que la mayoría de la gente no consideraría un motivo de preocupación o miedo.

Para los demás, estos miedos pueden parecer absurdos y difíciles de entender. No obstante las fobias son bastante frecuentes y afectan a personas de todas las edades y de ambos sexos. Hay diversos tipos de fobias. Cada persona experimentará su propia fobia una manera individual, aunque existen una serie de síntomas comunes.

Los síntomas de una fobia son: sentimientos de pánico o terror, reconocer que el miedo es irracional y exagerado, experimentar reacciones automáticas e incontrolables que toman el control de los pensamientos de la persona y tomar medidas extremas para evitar el objeto o situación de lo temido

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