Es en los momentos de soledad cuando descubrimos cómo es nuestra relación con nosotros mismos. Una persona que tiene una buena relación consigo misma, disfruta de los planes en solitario, vive como una experiencia enriquecedora la oportunidad de disfrutar al ir al cine y ver una buena película, por ejemplo. Aprovechan de verdad su tiempo, es decir, no pierden la oportunidad de hacer determinados planes por el hecho de no tener alguien con quien llevarlos cabo en ese momento.
Son personas con una gran autonomía personal. En cambio, aquellas personas que no disfrutan de su soledad tienden a llenar los huecos vacíos de su agenda con un montón de ocupaciones con el objetivo de distraer la atención de uno mismo y tener algo en lo que pensar. Estar permanentemente ocupado puede ser una forma de huída hacia ninguna parte. ¿Cómo puedes nutrir tus momentos de soledad de pensamientos positivos y alegría?
En Psicología y Autoayuda te damos las claves:
1. Organiza planes contigo mismo con la misma ilusión que organizas planes con otra persona. Tómate una tarde libre para disfrutar.
2. Si te incomoda la sensación de ir solo a un lugar en concreto, entonces, adapta el plan de tal forma que te sientas cómodo. Por ejemplo, en lugar de ir al cine solo, el viernes por la noche a la sesión de última hora, puedes ir cualquier día entre semana a la primera sesión, porque en este horario, suele haber poca gente en el cine. Y además, te dará confianza ver que son muchas las personas que van solas al cine.
Actualmente existen buenas propuestas: Hugo Silva y Megan Montaner presentan Dioses y Perros, ideal para los amantes del género romántico. Los amantes del misterio pueden pasarlo genial con Betibú, una película de misterio.
3. Existe un plan que es perfectamente adaptable a cualquier circunstancia. Salir a dar un paseo tranquilo por la ciudad es una perfecta opción.
4. Existe un gran amigo que puede acompañarte en cualquier momento: un buen libro. En ese caso, anima tus tardes de soledad con una historia apasionante. Disfruta de tu hogar como un escenario de bienestar.
Foto – La Mamá Oca
