Consejos para Evitar la Pereza

 
La pereza, además de los inconvenientes que presenta por sí misma, nos hace entrar en un bucle de “cuantas menos cosas hago menos quiero hacer”.
Como consecuencia, se debilitan las zonas de nuestro cerebro que nos permiten pensar con rapidez, de modo que más tarde nos cuesta mucho más volver a concentrarnos en nuestras tareas.
Por supuesto, la pereza tiene su lado positivo, el cual está relacionado con el ahorro de energía. Pero cuando este ahorro se convierte en una forma de vida y no en pequeños momentos de descanso, está claro que tenemos un problema.

El profesor Mel Levine, autor del libro “Contra el mito de la Pereza” está en contra de la idea de que las personas seamos perezosas por naturaleza. Como todas las demás conductas, la pereza es aprendida de las personas que nos rodean como un mecanismo de huída para no tener que enfrentarnos a los problemas de la vida cotidiana.

Consejos para evitar la pereza:

Antes de nada, debemos descartar que nuestra pereza sea debida a alguna dolencia física o psicológica, pues lo más oportuno sería buscar la ayuda de algún profesional.
Sin embargo, si únicamente necesitamos «un pequeño empujón», os damos unos sencillos consejos que enumeramos a continuación:
  1. Realizar algún ejercicio físico. Por contradictorio que parezca, el ejercicio físico nos reportará la energía que tanto escasea con la pereza,
  2. Dormir al menos 8 horas diarias.
  3. Fijar objetivos. Aunque cuesta empezar, si fijamos una hora y duración para hacer alguna tarea a la larga nos resultará más sencillo mantener esa rutina, por ejemplo: «estudiaré una hora» «limpiare de 16-17».
  4. Establecer un límite para acabar una tarea lo más rápido posible es muy efectivo.
  5. Premiarse. Si se consigue cumplir un objetivo  premiarse por ejemplo con un baño relajante.
  6. Buscar compañeros de actividad.
  7. Anotar los progresos.

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