¿Cuál era el criterio de Freud sobre la mujer?


Freud estudió, primero y principalmente, el desarrollo de la sexualidad infantil en el varón. Para él, el sexo «standard» era el masculino. Después atribuyó a la mujer el mismo desarrollo hasta el momento en que la niña se da cuenta por primera vez de la diferencia anatómica entre los sexos, reco-nocimiento que, según él, generalmente ocurre a los tres o cuatro años de edad. Dice que la niña reacciona siempre a este descubrimiento con un sentimiento inmediato de envidia, deseando tener ella misma un genital masculino, sintiéndose inferior y despreciando a su propio sexo. La interpretación que ella encuentra a su falta de pene es la de haber sufrido una mutilación genital. Este proceso psicológico sería inde-pendiente del ambiente social de la niña. Pasada la primera desilusión, la niña llega, sólo paulatinamente y a través de muchos conflictos, a reconciliarse con su propio sexo, pero generalmente subsiste durante toda su vida cierto resenti-miento por su femineidad.

Además, su falta de pene, que considera casi una inferioridad orgánica, tiene tal vez como consecuencia una inferioridad en el plano psicológico, cultural y moral. Pero como existen rasgos de los dos sexos tanto en el hombre como en la mujer (concepto de la bisexualidad), esta inferioridad no estaría en oposición con las dotes afectivas e intelectuales de determinadas mujeres superiores, porque su capacidad sería sencillamente una manifestación de tendencias masculinas en ellas. Toda esta situación de infe-rioridad sería consecuencia del desarrollo psicobiológico de la mujer y así, hasta cierto punto, independiente de su ambiente familiar y cultural.

Este concepto fue aceptado por todos los primeros cola-boradores de Freud. Para muchos psicoanalistas sigue en evidencia aún en la actualidad. Sin embargo, no es casual que hayan sido principalmente psicoanalistas mujeres, menores que Freud en varios decenios, quienes hayan descubierto el carácter defensivo de la envidia del pene. Primeramente fue Karen Horney, que investigó este tema profundamente, aunque con cierto matiz polémico. Después Melanie Klein y su escuela, al estudiar las vivencias psicológicas del primer año de vida, y basándose en el concepto de fantasía incons-ciente, logró demostrar cómo, tanto la niña como el varón, re-accionan prácticamente desde el principio de su vida de acuerdo con su sexo y su biología.

Pero Melanie Klein y otras analistas mujeres podían pro-fundizar en la psicología femenina más allá de lo que le fue posible a Freud, gracias a él y a sus geniales descubrimientos, y, además, porque ya pertenecían a otra época. Ya no estaban coartadas por el prejuicio de la inferioridad de la mujer, ni ellas, ni las enfermas que ellas estudiaban.

Como dije antes, Freud se preocupó principalmente por la investigación de la evolución masculina. Encontró que era más difícil estudiar a la mujer.

Sostiene en «Una teoría sexual» (v. Ind. Bibl.) que ella es mas «misteriosa e insincera».

3 COMENTARIOS

  1. Mmm… Es difícil encontrar a un hombre que ponga en tela de juicio el criterio de Freud sabiéndose con la misma superior al sexo femenino, lo cual sólo acrecentará el poco valor que en el artículo anterior se le otorgó a las opiniones científicas de las psicólogas que estudiaron el tema.

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