¿Cuál es el Lado Positivo del Fracaso?

Vivimos en una sociedad muy exigente en la que la búsqueda por los resultados se convierte en una obsesión frecuente al sentir que la presión externa por el éxito social puede pesar de forma notable a nivel interno. Obsesionarnos con el éxito solo conduce a no disfrutar de las metas alcanzadas y a dramatizar los fracasos. Ya que el fracaso es inevitable y forma parte de la vida. Cada vez que tomamos una decisión, incluso en las decisiones más superficiales, asumimos ciertos riesgos puesto que el factor de lo imprevisible forma parte de la existencia.

Nos sentimos incómodos con el fracaso cuando en realidad, lo que realmente resulta una forma de derrota es no intentar muchos sueños por vivir pegado a certezas absolutas que no existen. El verano es un periodo de balance en el que muchas personas valoran los éxitos logrados a lo largo del curso escolar y reflexionan sobre los fracasos acumulados. ¿Cuáles son las lecciones de sabiduría que aportan los fracasos personales?

Motivos para valorar un fracaso

• 1. Un fracaso siempre te enseña algo valioso sobre ti mismo. Esta enseñanza no es automática sino que debes reflexionar sobre tus acciones, las consecuencias de tus actos, los factores que dependieron del azar, aquellos aspectos que dependieron de tu voluntad…
• 2. Un fracaso nos impulsa a buscar caminos alternativos a esa primera opción. En la mayoría de las ocasoines, la realidad no se agota en una única posibilidad a modo de un determinismo que limita la libertad. Un fracaso te ayuda a ser más creativo para buscar nuevas soluciones posibles ante un conflicto.
• 3. Un fracaso te enseña que tú eres más fuerte que él. Por tanto, las derrotas personales son experiencias enriquecedoras que te ayudan a conocerte a ti mismo, saber quién eres y qué quieres.
• 4. Existen sentimientos que aprenden a manejarse mejor a partir de las experiencias de fracaso: cualquier persona aprende a relacionarse mejor con la frustración a partir de las derrotas personales. La realidad también nos impone sus límites, nos hace tomar conciencia de que no podemos lograr todo lo que queremos. Y no pasa absolutamente nada por ello aunque en un primer momento, nos duela. Los fracasos también educan la voluntad caprichosa que puede surgir como consecuencia del ego. La vanidad podría llegar a ser infinita si solo conociésemos éxitos y triunfo.
• 5. Las experiencias difíciles también ayudan a fortalecer la empatía a través de la que una persona se pone en el lugar del otro. A través de experiencias personales que hemos vivido y que han supuesto algún tipo de dificultad para nosotros podemos comprender mejor las situaciones de dolor del otro. Los fracasos nos enseñan que existen situaciones de la vida que duelen en la práctica y que deseos y realidad no siempre se dan la mano como en un espejo. Sin embargo, para ser felices siempre tenemos que abrir los ojos para vivir en el marco de la realidad. ¿Qué te han enseñado a ti tus fracasos? Reflexiona sobre tu respuesta.

Te invito a leer el artículo 5 lecciones que puedes aprender de tus errores.