Miedos y Fobias en Niños

Podríamos definir el miedo con una perturbación que produce angustia y llega alterar el estado de ánimo. Esta sensación se debe al asociar un pensamiento a un daño real o imaginario o también a la ansiedad que nos puede provocar el que creamos que nos ocurra algo indeseable.

Por otra parte, los miedos y fobias infantiles es complejo y variados. Uno de los temores más comunes que presentan los niños a los pocos meses de edad es el miedo a extraños. Si no reconocen el rostro e imagen de la persona que tienen delante suelen explotar a llorar.

Este tipo de miedo es normal, pues es una respuesta emocional muy común durante la infancia. En ocasiones es muy útil para los padres que los niños se extrañen y de objetos nocivos pues los pequeños corren menos peligro cuando entienden las consecuencias de los padres.

Podríamos decir que para el niño es tan perjudicial el exceso de miedo como la falta del mismo. Si un niño no le teme a nada se expone a peligros tales como cruzar una calle transitada, acudir a la llamada de un extraño, etc.

Por lo tanto, estos miedos y fobias infantiles pueden reflejar inseguridad. El castigar al niño que no entiende bien el motivo por el que está siendo castigado puede producirle un estado emocional de inseguridad ya que se sentirá amenazado y con ello se disminuyen sus defensas naturales.

En líneas generales, los padres que son muy temerosos tienen hijos que sufren mayor ansiedad que los hijos de padres que castiguen o limiten los juegos a los niños pero con explicaciones sobre qué hacen mal. La mayoría de los temores infantiles se producen mediante el aprendizaje por experiencias que han vivido durante la infancia.

Los terrores nocturnos o miedos infantiles también se desarrollan por experiencias traumáticas como malos tratos, accidentes, perdida de algún ser querido etc, lo que puede producir un estrés post traumático.

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