RANIDAFOBIA, causas y orígenes

En nuestra entrada anterior presentamos el tema de la ranidafobia, el miedo a las ranas, y sus consecuencias. La manifestación física de este temor, los intentos de evitar la presencia de ranas y renacuajos y los síntomas físicos que puede sufrir una persona que no trabaja sobre este miedo de manera adecuada en su infancia. Hoy seguiremos abordando la temática de las fobias, pero centrando la atención en las causas que hacen aparecer este temor tan desigual en torno al nivel de amenaza que supone una rana para la supervivencia de una persona.

Rana 1

Causas y orígenes de la ranidafobia

Los orígenes del miedo a las ranas son muy diversos, y pueden incluir variables psíquicas, sociales y biológicas. En este último apartado encontramos, de manera directa, la afección por cuestiones genéticas. Los últimos estudios han encontrado un vínculo genético entre aquellas personas que tienden a sufrir trastornos de ansiedad, siendo entonces la herencia familiar un detonante a la hora de que aparezca y se desarrolle una fobia.

El 50% de las probabilidades de aparición del fenómeno de fobia a las ranas, o cualquier tipo de fobia, se encuentra entonces en cuestiones genéticas. Sin embargo, no es fácil desatender las cuestiones de crianza y comportamiento que pueden llevar a la aparición de estos temores.

Una experiencia personal negativa en donde estuvieron involucradas ranas también es una de las causas más comunes para que un individuo luego genere aversión contra dicho animal, sean ranas o si fuese otra fobia. También cuando se utilizan a las ranas como elementos disuasorios en edades tempranas, pueden terminar generándose fobias. El ejemplo clásico sería “termina la sopa o vendrá un sapo gigante a comerte”.

Rana 2

Las ranas y la cultura, una construcción con características negativas

A nivel cultural, la rana ha sido desde sus orígenes asociada a cuestiones desagradables, poco agraciadas e incluso indignas de recibir amor o cariño. En los cuentos infantiles encontramos, en más de una ocasión, al príncipe convertido en rana. A partir de esa transformación, debe buscar por todos los medios recuperar su forma humana para ser digno de nuevo.

Incluso hay algunas partes del mundo donde el sapo y al rana son animales con poderes, utilizados en la magia negra y en los rituales paganos para poder conjurar hechizos de diversa índole. La brujería y las ranas no hacen más que sumar a una concepción negativa acerca de las ranas  y su rol en nuestro día a día.

La existencia de ranas venenosas también suma a la generación de temor,  o su utilización como forma de acercamiento a la anatomía en algunas escuelas, lo que en muchos casos es una experiencia traumática para niños y niñas. En esas acciones puede que radique el origen de la ranidafobia en varios hombres y mujeres que, de no trabajar en la infancia con la superación de este temor, pueden terminar manifestando síntomas negativos de la ranidafobia ya en la edad adulta.

El miedo a las ranas es una realidad que debe enfrentare con ayuda de los profesionales de la salud y el comportamiento. Por eso, atender a sus orígenes, abrir los brazos y ser comprensivos es clave para que las personas no decidan el camino fácil, huir del miedo y seguir alimentando sus aspectos más negativos.

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