En el camino hacia la etapa adulta, cualquier persona adquiere experiencia sentimental y suma fortaleza emocional para hacer frente a posibles fracasos amorosos. Fracasos que duelen en la adolescencia pero también en la etapa adulta. La diferencia radica en que un adulto tiene más recursos para hacer frente a su situación y procesar mejor la información. Pero en cambio, conviene puntualizar que el dolor es tan humano que a pesar de que el deseo inicial de cualquier persona es huir del sufrimiento, la realidad es que resulta inevitable vivirlo.
El dolor por desamor duele porque supone romper las expectativas personales, dejar atrás una ilusión bonita para dar paso a una nueva realidad personal. Un desamor muestra que hay un sentimiento que ha muerto. Por ejemplo, muere la esperanza de ese amor correspondido. No se puede evitar el dolor por un desamor, lo que sí se puede hacer es minimizar ese dolor.
Cómo minimizar el dolor
1. Aprende a cuidarte haciendo lo que más te conviene de acuerdo a la situación en la que estás. No te regodees en ese sentimiento de lástima, no te coloques en el rol de víctima.
2. Cuando estés con tus amigos, evita convertir las conversaciones en un monólogo de tu dolor. Hablar sobre otros temas te ayudará a distraerte.
3. Es normal sentirte vulnerable. Pero eso no impide que no puedas preocuparte por los demás. En ese caso, realiza buenas acciones en tu entorno más cercano.
4. Existen pequeños gestos que pueden convertirse en un anclaje de fuerza. Por ejemplo, eliminar de tu agenda de contactos el número de teléfono de la otra persona. También puedes romper algunas de las fotografías en común con la otra persona o guardarlas en una caja en el trastero. Aparcar los recuerdos también es una forma de empezar de nuevo y tomar fuerza. No te obsesiones con tus limitaciones en presente sino con tus potencialidades.
5. No te centres tanto en aquello que ha ocurrido como en aquello que estás por venir. Pero lo más importante, piensa en lo que está pasando ahora mismo: tu presente.
