Algunas mujeres se siente culpables por sentirse atraídas por un hombre con el que han mantenido una relación amistosa muy cercana. El temen que si la relación fracasa, se queden además privadas del afecto de un confidente y camarada muy valioso. Mi mejor amigo puede ser, en el futuro, mi pareja. ¿Por qué no?
Pero lejos de ser una potencial fuente de problemas, es posible que te encuentres frente a la mejor de las relaciones amorosas. Encierra más probabilidades de éxito de las que imaginas. Estas son razones que lo explican:
- Te conoce muy bien: seguramente ya te ha visto en situaciones nada ideales. Te ha visto desarreglada, triste o enojada. Pero igual te quiere y te acompaña. Ya nada le asusta de ti.
- Tú también lo conoces: ya sabes cuales son sus virtudes y defectos. Ya conoces su filosofía de vida y puedes estar segura de sus valores y principios. Es por esto que lo aprecias.
- La pasas muy bien con él: el hecho que puedas mantener conversaciones y divertirte de forma relajada, es un indicio vital de que puedes tener una gran relación de pareja. ¡Piénsalo!
- Comparten los mismos intereses: les gustan las mismas películas, libros, música, o incluso, ven los mismos programas de televisión. Es por eso que naturalmente, pasan tanto tiempo juntos. ¿Lo habías pensado?
- No está mal: tal vez no sea el clon de Brad Pitt, pero eso no es necesario. Si lo miras mejor, de seguro tiene un atractivo real y natural. ¡Aprovéchalo!
A diferencia de las relaciones que inician directamente con un romance, una cita con tu amigo puede ser divertida y libre de presiones. Es alguien con quien no tienes que aparentar, ni ocultar tus defectos, porque ya los conoce y no le importan. Lo que resta es que alguno de los dos dé el primer paso.
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