Cuando empieza el otoño, algunas personas están más irritables y de más mal humor, así como más desanimadas. Esto es debido a que los días son cada vez más cortos y las noches más largas. Esto nos influye de manera negativa ya que disfrutamos de menos horas de sol. Por otra parte, el frío y la lluvia, así como las hojas que caen de los árboles nos pueden hacer sentir un poco de tristeza y melancolía.
Esto se consigue aprovechando las cosas buenas que nos trae el otoño además de las malas. Conseguir un poco de tiempo para pasear por la montaña con las hojas caídas en el suelo, tomar un chocolate caliente mientras vemos llover… son pequeñas cosas que nos harán sentir mejor y nos ayudarán a combatir el desánimo otoñal.
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