La violencia es enemiga del amor, ellos no van juntos. Algunas personas tratan de «normalizar» la violencia en las relaciones. Dicen que la violencia ocurre en todo matrimonio, tratan de minimizarla o hacer que parezca que es una parte inevitable de la relación.
Tenga cuidado con la persona que, en referencia a los arrebatos de rabia y violencia física y emocional, dice, «que se produce en todos los matrimonios, de vez en cuando.» Tome una buena mirada a la persona que lo dice.
La verdad es que todos nos enojamos, pero no llegamos a ser violentos cuando estamos así. La violencia no ocurre en todos los matrimonios. Si alguien trata de venderle la idea de que el amor es violento, no la compre.
La violencia es totalmente incongruente con el amor. Uno puede estar enojado con su pareja sin ser violento. Uno puede elegir entre una amplia gama de comportamientos que no hacen daño o castigan a la otra persona. El problema con aceptar la violencia como una de las opciones es que una continuación, a menudo termina por elegir esa opción. Un acto violento es elegido por algunas personas porque sirve como un liberador de tensión para ellos.
Algunas personas perpetuán el mito de que cuando se está locamente enamorado de alguien, de vez en cuando puede enojarse y en la «pasión» golpearlo. No es cierto. La gente que se enoja de esa manera no ha superado su odio primitivo. La gente no puede considerarse madura hasta que puedan controlar su ira y su odio, y no deben permitir que se mezclen con su amor.
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Este es muy propio de las culturas mediterraneas, el pensar que si no tienen celos no se quiere a nadie !si tienes celos es que para empezar no te quieres a ti mismo!