CRISIS DE IDENTIDAD, cómo son y qué puede hacer un psicólogo

Una crisis de identidad no es un trastorno psicológico. Muchas personas creen que cuando una persona empieza a tener dudas acerca de su propia identidad, se está ante una problemática de índole mental, pero en realidad no es así. Sin embargo, los psicólogos pueden ayudar y acompañar a transitar una etapa en donde surgen preguntas, cambios y modificaciones muy variados en patrones de conducta.

¿Qué es una crisis de identidad?

También conocidas con el nombre de “crisis existencial”, las crisis de identidad suelen aparecer cuando estamos ante un evento fuerte a nivel emocional. Una separación, una tragedia inesperada, la adolescencia, son etapas en donde surge confusión e incertidumbre generalizada. Tienden a aparecer en momentos de la vida donde hay grandes cambios, pudiendo tener un origen interno o externo.

Cada persona tiene diferentes mecanismos para trabajar estas crisis, pero en muchos casos aparecen la ansiedad y la angustia como principales barreras a superar. Existen personas que toman estas situaciones como instancias de desafío y reto para salir adelante, pero en cualquier caso la respuesta ante las crisis puede ser acompañada por profesionales de la psicología que arrojan algo de luz sobre el camino a seguir.

¿Quién soy? ¿Qué estoy haciendo con mi vida?

La identidad de los sujetos tiende a estar basada en marcos de referencia con un cierto nivel de estabilidad. Cuando los cambios que surgen en estos marcos son demasiado repentinos o bruscos, la identidad puede empezar a resquebrajarse porque el marco de referencia en el que nos movemos no está funcionando. Allí es donde aparecen planteos y cuestionamientos a temas que antes eran de vital importancia o había una cierta seguridad sobre la respuesta indicada.

Etapas de conocimiento interno

Las crisis de identidad suelen estar marcadas por tiempos determinados de alejamiento del entorno y poco o nulo contacto con el exterior. El sujeto tiende a estar atrapado en la melancolía por el tiempo pasado y la falta de certeza acerca del futuro. Las crisis existenciales son episódicas y no se prolongan en el tiempo de manera indefinida.

La depresión, en cambio, afecta de manera extensa la salud del individuo, tanto a nivel físico como emocional. La persona afectada tiene problemas para salir de este cuadro y al padecer una depresión se va incrementando el efecto negativo sobre la personalidad.

Las crisis existenciales son pasajeras. Son una circunstancia de eventos que llevan a tambalear los cimientos de algo que se pensaba fijo y estable, pero que en última instancia termina demostrando la fragilidad de nuestras vidas. La ayuda de un profesional de la psicología es muy importante porque permite acercar a las personas a un mejor entendimiento acerca de aquellos aspectos que se están analizando para entender y desentrañar.

Es importante darle a las crisis existenciales la importancia que se merecen, ya que son un claro ejemplo de todo lo que uno va analizando sobre la propia existencia, sobre los alcances y modificaciones de una forma particular de entender y visionar aquellos cambios que son posibles y positivos dentro de un esquema de entendimiento de la realidad y como enfrentar la vida.

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