Enseñanzas de EL PRINCIPITO en la psicología

El análisis de la psicología sobre algunas piezas literarias y de la cultura ha servido para entender mejor la mente humana. Por ese motivo, hoy nos adentramos en un interesante trabajado realizado sobre el famoso cuento de El principito, escrito por Antoine de Saint-Exupéry.

Se trata de analizar la obra, su autor y la influencia sobre la infancia y los lectores de diferentes edades que se han acercado a esta obra.

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¿Qué te enseña el libro de «El Principito»?

La amistad, el amor y la vida

Detrás de la historia del príncipe y su rosa se encuentra una metáfora sobre temas que mueven a las personas en diferentes culturas: el amor, la amistad y la vida. Se trata de un viaje en el que acompañamos a ese príncipe que va conociendo diferentes aspectos de la vida humana, de los adultos, de sus miedos y preocupaciones.

Acercarse al otro, un aprendizaje

El libro tiene momentos verdaderamente sorprendentes y de una gran sabiduría, comenzando con una enseñanza directa acerca de cómo acercarse al otro y abrirse lo suficiente para conocer y ser conocido. Hoy en día, donde las relaciones entre las personas parecen haberse convertido en una valoración por utilidad que se desechan cuando no son rentables, El Principito nos recuerda que hay una forma diametralmente opuesta de conocer y acercarse al otro.

En las conversaciones entre el principito y el zorro nos encontramos con la paciencia, el tiempo, y la tarea de la domesticación, como una metáfora de la amistad que se va construyendo con tiempo, paciencia e interés. Prestar atención al otro, ir conociendo poco a poco sus gustos e intereses, eso es lo que nos lleva a desarrollar relaciones más duraderas y significativas.

La importancia de los rituales

En El Principito se nos deja otra enseñanza sobre la vida: hacer que cada instante sea diferente a otro depende de los ritos, algo que las personas han ido olvidando. En la actualidad se ha convertido a los rituales en meras ocasiones para el consumo, pero a lo que se hace alusión es a la valoración de cada momento y cada individuo para hacer, de un momento determinado, único e irrepetible.

Los rituales, a diferencia de las fiestas actuales que son un festival para el consumo donde buscamos regalos de navidad u obsequios de San Valentín, están pensados para crear vínculos y momentos de intensidad emocional. La felicidad se experimenta, de acuerdo al personaje del cuento, en disfrutar esos momentos que además no volverán a repetirse.

Nada tiene sentido por sí solo

Pese a que las cosas terminan, o a que las personas se van, lo cierto es que nada tiene sentido si lo tomamos como algo aislado. La magia de la vida y su belleza recae en la evocación, en el disfrute y el recuerdo de los momentos, y todo ello se aprende experimentando.

Aquel hermoso aroma que nos recuerda a nuestra infancia, o al perfume de nuestro primer amor, no sería tal si no hubiéramos vivido experiencias previas. Por eso el valor de vivir y exprimir al máximo cada momento.

El Principito tiene muchas de estas enseñanzas que a nivel psicológico y de formación personal perduran con el tiempo. Por eso la importancia de recomendar su lectura a grandes y chicos, porque cada lectura le añade una nueva capa al mensaje que oculta en sus renglones.

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