La ansiedad es muy molesta porque agota físicamente. Además, bajo la percepción de la ansiedad una persona sufre mucho más porque distorsiona la realidad al agravar una situación concreta. Las cosas suelen ser peor en la imaginación que en la realidad, por ello, el reto más difícil pero posible cuando se disparan los niveles de ansiedad es parar la mente.
Dejar de dar vueltas a ese asunto para poner la atención en otra cosa distinta y aparcar por unos segundos el motivo de preocupación.
Lo que debes evitar
1. En primer lugar, debes evitar comer de forma compulsiva para aliviar tu malestar ya que puede que de forma momentánea sientas que el malestar se alivia, pero en realidad, va en aumento. La comida solo es un parche pero no una solución.
2. En un momento de ansiedad, es preferible que evites decir cosas de las que luego te arrepientes. Aunque te cueste, es preferible que descargues toda tu ira interna a través de la escritura. No hagas responsable a otra persona de lo que te sucede y toma la ansiedad como un reto para mejorar.
3. Lo que no debes hacer si los niveles de ansiedad son altos de forma habitual es posponer el problema pensado en que desaparecerá por sí mismo. Consulta tu caso con el médico para que te oriente a todo ello tienes que sumar el valor del entusiasmo personal.
4. Los pensamientos negativos bombardean tu mente en un momento de ansiedad. Sin embargo, a posteriori, a modo de autoayuda, recuérdate a ti mismo que no eres menos que nadie, ni más débil por sufrir ansiedad. Muchas personas tienen este problema y se supera.
5. Lo que no debes hacer en un momento de ansiedad es huir de aquello que te preocupa porque en ese caso, el problema aumenta. Afróntalo y ya descansarás después tanto tiempo como necesites.
6. No te encierres en ti mismo, no cargues con todo el sufrimiento para ti. Hablar con alguien de ello te permite tomar objetividad y distancia respecto de la emoción.
