Me lo dijo una mujer

Amor, abrázame de tal manera que nadie a separarnos se atreva
ni que a alejarnos pueda con tu cuerpo desnudo sobre el mío,
despliega todo el ardor del que seas capaz
ámame con toda la violencia de los sueños y la dulzura del amor penétrame como si fuera lo último que quisiera,
y si me ves llorar, hazlo con más fuerza,
porque así deseo que me sometas.
No creas amor que es dolor, es la necesidad de sentir
más allá de las raíces, más allá de los placeres
déjame cabalgar en tu vientre y ven a cabalgar en mi piel
tu silueta se va formando entre las nubes del recuerdo
entre mis manos de niebla, entre tus sueños de espuma
y cuando detrás de una puerta, tu cuerpo se esfuma,
sentiré el infierno de la soledad, el de no tenerte,
porque en cada fantasía se nos va la vida;
cuerpo que se desvanece entre el recuerdo y el olvido
en cada amanecer entre la infinidad de las estrellas
y en una brisa de de amor entre noches eternas cuando no estás
noches ínfimas cuando estamos juntos,
escucho un suspiro y finjo que estás y te sueño enamorada
en nubes de niebla te escurres por los pasillos de mi cielo
y mi silencio te busca y no te encuentra, ¿te has ido?.
Cuando escuché estas palabras sollozando,
volví mi vista para buscarla, rescatarla de ese sueño
de un mal sueño que nunca debió tener,
porque nuestra dicha es hoy, son sueños y realidad,
y todo esto me lo dijo … me lo dijo una mujer.