Estar triste y Aparentar lo Contrario

Los seres humanos estamos llenos de contrastes. Una persona puede estar triste en su interior y, sin embargo, aparentar lo contrario para no preocupar al entorno más cercano. Pero cuando vamos tapando ese estado de ánimo real, camuflando una realidad que está ahí latente, nos vamos hundiendo en un pozo. El ser humano es un ser comunicante que expresa con su sola presencia.

Estar triste y Aparentar lo Contrario

Cómo actuar en una situación así

Por ejemplo, el rostro de una persona ya transmite un estado de alegría o pesar. Sin embargo, dado que también tenemos el poder de disimular, aunque sea con mucho esfuerzo, un sufrimiento, puede ocurrir que una persona pase por una mala racha y, sin embargo, su entorno viva ajeno a esta realidad o no haya tomado conciencia del alcance de la situación.

Si estás pasando por una situación en la que estás triste pero aparentas lo contrario, cambia el chip. Realiza un acto de apertura de mirarte al espejo desde una mirada real, abraza esa parte de ti más vulnerable y expresa tu ser real frente a las personas que quieres y que te quieren. No tenemos que estar en una burbuja constante de alegría para que los demás nos quieran. Es decir, el amor es tal, precisamente, porque la dignidad del ser humano está por encima de todo.

¿Y qué hacer si estás triste pero aparentas lo contrario? El consejo que te doy es que tomes conciencia de que algo no va bien y no puedes dar la espalda a esa realidad actuando como si no pasara nada. Mirando hacia otra parte. El primer paso para avanzar es asumir la tristeza como natural en lugar de reprimirla hasta el punto de ignorarla.

Cuando nos sentimos desbordados por el dolor interior, podemos llegar a quedarnos sin palabras. Podemos tener incluso dificultad para expresar qué es lo que realmente nos ocurre. Y en este tipo de casos, existe un lenguaje que trasciende a todas las palabras. El llanto es una prolongación del estado de ánimo, una forma de exteriorizar una herida interior. Y llorar te hará bien. Es como si las lágrimas tuviesen la pureza de limpiar el alma, cicatrizando silencios, llenando vacíos y dulcificando la amargura.

Puede que estés triste y no quieras preocupar a alguien de tu entorno próximo porque esa persona está pasando por una situación difícil. En este caso, no pasa nada por actuar de este modo. Sin embargo, cuando no tienes nadie ante quien abrirte y contar realmente cómo te sientes, entonces, sí debes reflexionar al respecto. Las relaciones personales se consolidan a partir de la sinceridad de ser uno mismo en el seno de un vínculo afectivo.

Cuando estamos en una situación de este tipo podemos llegar a querer que los demás adivinen cómo nos sentimos exactamente, que sean capaces de presuponer una herida. Sin embargo, lo más lógico es que en realidad, tomemos la iniciativa de expresar cómo nos sentimos, sin máscaras, ni disfraces emocionales que tapan una realidad menos bonita pero que es real.

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