Ante una situación de dolor y sufrimiento podemos cargar con el peso de ese dolor sobre nuestra espalda, sin embargo, no es sano a nivel emocional vivir aislado y encerrado en uno mismo. Es muy importante potenciar el contacto interpersonal, pedir ayuda ante un problema determinado, ser uno mismo y buscar la forma de establecer una petición de ayuda.
En ocasiones, somos nosotros mismos los que boicoteamos la posibilidd de recibir ayuda cuando nos adelantamos en forma negativa a cuál será la respuesta del otro.
Por ejemplo, podemos pensar que otra persona puede sacar conclusiones equivocadas a partir de nuestras palabras, podemos creer que un amigo está muy ocupado o simplemente, podemos creer que nadie puede comprendernos.
La realidad es que la experiencia humana potencia la empatía en grado máximo de tal modo que cuando hablamos de temas humanos, todos hablamos un lenguaje muy similar y tenemos vivencias que pueden ser entendidas por los demás a partir de su propia experiencia personal.
¿Cómo pedir ayuda?
1. En primer lugar, piensa en una persona de tu entorno con quien podrías comentar lo que te ha ocurrido. Si se trata de un asunto muy importante para ti podrías concretarle previamente que tienes algo importante de qué hablar y agradecerías que te dedique un tiempo.
2. Actúa de tal forma que tú te sientas mejor contigo mismo. La realidad es que te sentirás mejor al hablar de cómo te sientes y compartir tus sentimientos con otra persona. Pero en última instancia, tú eres quien decides en qué momento quieres hablar y hasta dónde deseas contar sobre un asunto determinado.
3. Existen situaciones en las que también puede ser posible pedir ayuda profesional. Por ejemplo, ante una tristeza profunda puede ocurrir que la persona necesite ayuda profesional para superar ese dolor. Así ocurre, en el caso de una depresión.
4. Participar en un curso sobre crecimiento personal también es una medida de inteligencia emocional para aprender a vivir mejor.