¿Cómo debe ser un castigo para que sea efectivo?
Son muchos los padres que han dejado de optar por castigos de todo tipo porque se sienten frustrados ante la pérdida total de respeto de sus hijos hacia ellos. Los psicólogos dicen qué, cuando un padre le da un azote a su hijo es porque siente que a perdido completamente el control de la situación y esto le genera una impotencia que no puede controlar.
Castigos efectivos para niños
Los castigos deben ser inmediatos
Seguro que la frase de «cuando llegues a casa te vas a enterar» te suena. Este tipo de frases en forma de amenaza no sirve de nada, principalmente porque el niño sabe de antemano que cuando llegue a casa, tu enfado ya habrá disminuido y lo más probable es que no pase absolutamente nada. En estos casos, los castigos deben ser inmediatos y antes de que el niño puede desatar el caos en una situación que a los padres se les escape de las manos. La mejor forma de evitar un berrinche es pararlo a tiempo.
cuando vayas a castigar a tu hijo, el castigo debe de inmediatamente, ya que no sirve de nada que esperes.
Castigos absurdos
Los castigos que son absurdos o demasiado largos no deben ser nunca usados, principalmente porque este tipo de castigos hacen que el niño sepa que el castigo no se va a llegar a cumplir. Evita castigos como «no vas a ver la televisión más nunca», «no saldrás de tu habitación en años»… y ese tipo de castigos imposibles de cumplir, ya que lo que pasará es que al final el niño pierda el respeto por sus padres.
La forma correcta de hacerlo es con castigos cortos pero que de verdad se cumplan. «lavarás los platos durante toda una semana», «durante un semana pasarás las tardes sin Internet».
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