El otoño es una época de muchos cambios en el paisaje en donde podemos ver cómo la naturaleza se renueva de verdad, cómo caen las hojas de los árboles y el color se vuelve más nostálgico que de costumbre. A nivel metafórico, las personas también podemos ser como árboles que estamos en proceso de mutación y de cambio hacia algo mejor.
De hecho, en la recta del año en la que nos encontramos, es muy sano hacer balance de todo lo conseguido a lo largo del 2013 pero también, es muy sano abrir la puerta esperanzada del 2014.
Somos como árboles
En esencia, somos cómo árboles que nos depredemos constantemente de hojas viejas, por ejemplo, a lo largo de la vida hemos perdido a seres queridos, también se sufre desamor, se pierde amistades…
Sin embargo, al igual que le sucede a los árboles, todos esos cambios son siempre para mejor porque te aportan esperanza, sabiduría, experiencia y madurez. Si no hubiéramos tenido todas esas vivencias seguiríamos siendo como niños indefensos que no han sacado partido de todas sus posibilidades.
Proceso de transición
El otoño aplicado a las personas puede ser un tiempo de transición hacia tu verdadero florecer durante la próxima primavera. Pero para que eso suceda tienes que trabajar a nivel emocional para cuidar de ti, cultivar ese jardín interior que tienes lleno de flores y semillas que pueden dar muchos frutos buenos. Pero a nivel humano, la mayoría de las cosas no suceden por casualidad sino que tú eres el agente del cambio.
Este otoño puedes animarte a tirar a la basura todas las hojas que te sobran. Por ejemplo, el miedo, la inseguridad, la dependencia personal, el rencor, la tristeza, la rabia… Así dejarás que crezcan nuevas hojas como la ilusión, el amor, la confianza, el esfuerzo y la felicidad.
Foto – El Tiempo TV
