Vivir sin egoismo puede ser una meta un tanto ideal teniendo en cuenta que en el corazón de todo ser humano existe una tendencia habitual hacia el ego. Sin embargo, poner freno al egoismo sí es una meta alcanzable que además es saludable para mejorar las relaciones personales con los amigos, con la pareja y con la familia. ¿Cómo vivir con menos egoismo?
Valora la felicidad del otro
Existe una clave muy importante para ser menos egoista: valora qué hace feliz a tu pareja y disfruta del bienestar del otro porque aquello que hace bien a tu pareja también te hace feliz a ti. Es mucho más agradable estar bien con una persona que está contenta que estar en una relación en la que el otro está enfadado y frustrado.
El egoismo corresponde al orgullo
Existe una diferenciación importante que conviene hacer para tener un buen nivel de bienestar: el egoismo es del ego mientras que la felicidad corresponde al alma. Es decir, deja de lado el deseo de querer ser más que los demás y aspira a compartir la felicidad desde el alma para apostar por la autenticidad que surge del ser y no del tener. El amor está por encima del orgullo, por tanto, piensa en todo lo positivo que tiene vivir con alegría.
Ser feliz con menos
Cómo ser más feliz con menos es posible siempre que apuestas por simplificar la vida a través de pensamientos positivos que conectan tu alma con el lado más bello de la vida. Existen algunas reglas básicas para simplificar la vida: cuando algo te haya herido, pasa página cuanto antes, no te quedes estancado en este punto. Y también, recuerda que cada persona actúa de la mejor forma posible de acuerdo a sus posibilidades del momento: no juzgues a otra persona porque desconoces el camino que ha recorrido para llegar hasta ese punto.
