No existe la familia ideal pero es sorprendente el desgaste tan alto que arrastran muchas personas que se obsesionan precisamente con los defectos que encuentran en su familia. Con frecuencia, quienes miran con lupa los defectos del otro se olvidan de sus propios errores, es decir, pierden la perspectiva de la realidad: ninguna relación avanza mientras no eres tú mismo el que avanza.
No existe la familia ideal pero es en Navidad o en verano cuando muchas personas sienten todavía más el peso de las imperfecciones al convivir durante más tiempo. ¿Cómo cambiar el chip?
Eres afortunado por tener familia
En primer lugar, eres afortunado por tener una familia que te quiere, te valora y te respeta. Ser consciente de ello debe hacerte sentir agradecido a la vida por ese regalo que te es dado desde el nacimiento.
Sentido del humor
En vez de amargarte la vida por tonterías que no son importantes es preferible que pongas en práctica el sentido del humor de reirte de esas pequeñas manías que son tan humanas. De hecho, existen rarezas que así como las observas en alguien de tu familia, podrás encontrar a otras personas que también tienen esas mismas rarezas. Disfruta de las conversaciones con tus amigos porque al compartir anécdotas en común es cuando te das cuenta de que los seres humanos no somos tan distintos como a veces creemos. Con frecuencia, las historias se repiten en distintos hogares.
Tu familia es la mejor
Tu familia es la mejor del mundo para ti, tus padres son las personas más especiales, por tanto, quédate con eso porque al final lo que convierte a una familia en perfecta es el amor. Y el amor en esencia significa amar a cada persona tal y como es, con todas sus virtudes y todos sus defectos, aunque esto a veces parezca un milagro.