La ambigüedad: pienso en el proverbio, «Las acciones hablan más que las palabras» cuando se trata de la agresividad pasiva y la ambigüedad que puede ser. Rara vez lo que dicen es lo que quieren decir. El mejor juez de cómo un pasivo-agresivo se siente acerca de un problema es su manera de actuar. Normalmente no actúan hasta después de que hayan causado algún tipo de estrés por su forma ambigua de comunicación.
Culpar: Ellos nunca son responsables de sus acciones. Si no tienen la culpa, entonces es algo que sucedió en el trabajo o en el tráfico en el camino a casa. El agresivo-pasivo no tiene fallas, es todo el mundo a su alrededor quien las tiene y deben ser castigados por las faltas.
Falta de enojo: No pueden expresar su enojo. El agresivo-pasivo puede haber sido enseñado, de niño, que la ira es inaceptable.
El miedo a la dependencia: No aceptan la ayuda o el apoyo de otras personas.
Miedo a la intimidad: La agresividad pasiva a menudo no se puede confiar. Debido a esto, ellos mismos se protegen de estar íntimamente unidos a alguien. Un agresivo-pasivo tiene relaciones sexuales, pero rara vez hacen el amor. Si se sienten cada vez más conectados a su pareja, se pueden castigar con la retención de sexo.
Victimización: El agresivo-pasivo siente que es tratado injustamente.
La dilación: La persona agresiva-pasiva cree que los plazos son para todos, menos para ellos. Ellos hacen las cosas en su propio tiempo y no deben ser condenados por esto.