Psicología Deportiva, el Odio y la Ira – Ejemplificando en Pádel

El miedo y la ira son fantasmas que debemos tener en cuenta dentro de la psicología deportiva, ya que habitan dentro de nosotros y no los podemos tocar. Pero hay que tener presente que sólo existen si nosotros queremos. Aparecen como la supervivencia del ser humano, desencadenando una conducta que nos lleva a poder salvarnos de la situación que lo ha creado.Cada una de estas emociones tiene un lugar en el cerebro, que se activa para provocar una conducta. Si se activa de forma muy intensa o rápida puede llegar a bloquear los pensamientos, produciendo sudoración excesiva (debido a ello baja la temperatura corporal) y movimientos incontrolados e involuntarios (temblores).

Ejemplo:

A- Estamos en medio del mar y aparece un tiburón enorme…se acerca despacio, justo donde nosotros estamos. Miramos alrededor y no vemos ninguna barca, la orilla está muy lejos, pensamos que no nos da tiempo escaparnos, que nos devorará en pocos segundos.

Esta situación de peligro nos activa lo suficientemente rápido y de forma positiva para pensar con que recursos contamos para sobrevivir.

El tiburón se acerca y recordamos que hemos visto en una película que no debemos movernos, que si estamos quietos quizás pase de largo…ó que en el último momento aparezca una situación nueva que sea favorable para nosotros. Es el último intento de poder salvarnos y, aunque el miedo nos contrae los músculos, casi nos inmoviliza, el cerebro trabaja rápido para ver cuál debe ser nuestra conducta ante esa situación.

-¿Nos salvaremos de que nos trituren los dientes afilados de ese tiburón?

Puede que sí.

B- Si, por el contrario, nuestro miedo nos lleva a mover los brazos azarosamente, como las aspas de un molino o nos hundimos porque nos hemos quedado totalmente inmovilizados o mareados por el pánico…

¿Nos salvaremos en esta situación B?

Puede que sí, siempre hay oportunidades para salir ilesos o poco dañados del peligro, pero disminuye el porcentaje si nuestra mente nos pasa malas jugadas.

¿Cómo nos liberamos de las emociones destructivas?

Por ejemplo, como lo hacemos cuando estamos jugando un partido y nos hemos enojado con nuestro compañero de juego o nos da coraje volver a perder contra esos rivales que pensamos que son prepotentes o contra unos rivales realmente superiores a nuestro juego, con una velocidad de bola que nos somos capaces de devolver.

Como salir de la pista, con la barbilla hundida en el pecho, decirle a nuestros amigos, entrenadores y familiares que hemos perdido 0-6,0-6 y que nos digan que hemos jugado muy bien para el tiempo que llevamos y, encima, tenerles que dar la enhorabuena a los contrarios por habernos dejado en la miseria como jugadores.

¡Es todo tan humillante!-pensamos en ciertas ocasiones.

¡Tantos entrenamientos, tanto presumir que hago deporte, que tengo la mejor pala y las mejores zapatillas, que estoy en forma…!

El jugador A piensa:

”Esta situación es muy desagradable para mi, no volveré a competir, ni a jugar, guardaré toda mi ropa de deporte, siempre hay gente que juega mucho mejor que yo” o echa balones fuera y piensa…”tengo un compañero muy malo, por eso yo no pude jugar mejor”…”llovía mucho y la pista estaba mojada”…el público me desconcentró…”.Este jugador no asume con humildad la situación.

Las condiciones extremas se dan para los cuatro rivales, la elección del compañero con el que vas a jugar también. La falta de humildad lleva a una situación de ira excesiva y las emociones se alteran, en este caso, produciendo un malestar general y una huída de lo que produce ese malestar.

Pero su “Inteligencia Emocional”, de la que habla Daniel Goleman aparece para salvarle…desde su interior…sacando a flote lo mejor de un buen deportista. Y cambia sus pensamientos anteriores por estos nuevos, para no hundirse, ni huir…para ser valiente y enfrentarse con los peligros, para ser un buen naufrago y seguramente llegará a ser un futuro campeón.

Pensará…”quiero llegar a jugar como mis rivales, entrenar mucho y aprender la técnica y estrategia adecuadas…conocerme como jugador y si soy rápido en la red, intentaré sacarle partido a mi golpe…quiero que mi compañero esté a gusto conmigo y yo con él para que podamos hacer que nuestro juego sea el mejor…si llueve aprenderé como debo jugar ese día con las bolas mojadas…intentaré ganar partido a partido y si no lo consigo ,aprenderé de cada uno de ellos…saldré de la pista satisfecho y con la cabeza muy alta porque lo habré intentado con todos los recursos con los que cuento. Ningún campeón del mundo ganó su primer partido…ni el segundo…peldaño a peldaño se sube una montaña…si quiero llegar a la cima debo intentarlo una y otra vez, siempre con mi mejor arma…y…ser feliz en el intento”.

El jugador B, sucumbió en el intento. Vivió la situación de “perder “su primer partido como un fracaso rotundo en su vida, abandonó el deporte…y, como todas las conductas del ser humano se repiten si no se trabajan…abandonó cada situación de la vida que le pareció difícil o lejana. Se hundió…

¿Qué pasa con el enfado?

Cuando se le observa directamente pierde toda su fuerza. Por eso, cuando le contamos a alguien por qué nos hemos enfadado, de momento el enfado se libera. Dejamos de darle la importancia excesiva y el lugar íntimo y oscuro que le habíamos dado. Incluso nos llegamos a reír de la misma situación que nos provocó un exceso de ira, en los que no vimos las consecuencias de la misma.

Antes de tener un arranque de ira descontrolado es mejor detenernos a pensar que consecuencias negativas pueden tener para nosotros o para los demás e intentar ver de manera objetiva la situación.

El pensamiento nos lleva a la emoción y la emoción a la conducta.

No nos aferremos a pensamientos destructivos que desencadenen una serie de conductas que limitan nuestra vida, nuestro deporte, nuestra forma de competir y luchar por unos objetivos.

Veamos lo positivo de las cosas, nos ayudará a ser más felices, a divertirnos y quién se divierte no abandona.

Quién se divierte en un entrenamiento, jamás dejará de entrenar y quién se divierte en una competición jamás dejará de competir.

Intentemos disfrutar, siempre con el deporte, en los entrenamientos y en la competición.

 

Fdo.: Ángeles Oliveres Ribas. Psicóloga Deportiva. Encontrado en PadelStar

 

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