En la sociedad de consumo actual son muchos los que se han acostumbrado a obtener un placer desmesurado del hecho de comprar. Es cierto que se trata de una necesidad ir de compras y no tiene nada de malo sentirse bien después de darse un capricho. Pero cuando las compras innecesarias pasan a ser una necesidad y sin ellas no se es feliz esto se convierte en una enfermedad.
La publicidad nos bombea constantemente desde todas direcciones con todo tipo de cosas que nos gustaría tener: viajes, refrescos, cremas para la piel… Pero eso no significa que lo necesitemos realmente. Durante siglos la humanidad ha comido únicamente yogures de un tipo y no tenían ningún problema. ¿Por qué íbamos a ser nosotros distintos?
Algunas investigaciones señalan que algunas personas parecen más propensas que otras a caer en las compras compulsivas. De todos modos, cualquiera puede superarlo, sólo tienes que pensar que la verdadera felicidad no está en las cosas materiales, sino dentro de ti. Si a pesar de esforzarte ves que no consigues dejar de comprar por encima de tus posibilidades, consulta con un especialista.
Recomendamos: tips para vivir motivado.