El concepto de autoestima se ha generalizado bastante siendo abordado desde muchos ángulos y en diferentes marcos contextuales convirtiéndolo casi siempre en un simple “cliché”. La autoestima como concepto abarca diversos matices y está vinculado a muchos aspectos y variantes, por ello, es necesario identificar los conceptos claves para entender mejor la autoestima y aumentarla. En este artículo te lo comentaremos.
Los conceptos claves para entender y aumentar tu autoestima
Aunque la autoestima tiene que ver con el concepto o percepción que tenemos de nosotros mismos, también es cierto que para su fortalecimiento intervienen otros factores, por ello, enfocarnos únicamente en la “autopercepción” no garantiza el logro de los objetivos en lo que tiene que ver con mejorar o aumentar a un grado razonable nuestra autoestima o la solución de todos nuestros problemas emocionales.
Por ejemplo, la autoestima de una persona puede verse afectada por la interpretación que ella misma le da a los sucesos que ocurren en su vida. Puede que un problema de autoestima no signifique necesariamente que se tiene poco amor propio así como exhibir una autoestima demasiada elevada pudiera ser contraproducente para el bienestar personal y el de su entorno. Como vemos, existen diferentes tipos de autoestima que pueden afectar de manera positiva o negativa el desenvolvimiento individual.
Ten en cuenta tus referentes
La autoestima se alimenta de las experiencias vividas y de nuestro entorno, logrando así identificarnos según nuestra propia interpretación de los hechos. Se pudiera forjar en nosotros la creencia de ser el mejor, el responsable o la costumbre de denigrarnos y llegar a pensar que no valemos nada; el conflicto surge cuando chocan el concepto que otros tienen de nosotros y la creencia que tenemos de nosotros mismos. La idea es poder desprendernos de todo aquello que nos desvaloriza y empezar a identificarnos con otras cosas.
Evita compararte con los demás
Lo más sabio es poder alegrarnos por nuestros logros, de lo contrario nos convertiríamos nosotros mismos en nuestros propios enemigos. Compararnos con otras personas es poco práctico pues no hay dos personas iguales o con circunstancias exactamente parecidas, las comparaciones además de ser odiosas fomentan un sentimiento de desvalía e incluso pudiera ser un semillero para la envidia y la competencia.
Distrae a tu “auto-objetivo”
Buscar maneras de emplear nuestros recursos en ayudar a otros, muy por el contrario de lo que muchos piensan, es la clave para la felicidad y bienestar personal; pues esa es la naturaleza del ser humano. El amar a otros no entorpece el concepto de amarnos a nosotros mismos, más bien, lo fortalece. Solo debemos tener cuidado de que los motivos por el cual mostrar bondad a otros no sean puramente egoístas o por conseguir alguna retribución a cambio, pues eso no tendría ningún valor.
Reconoce tu potencial y limitaciones
Es común escuchar: “si te lo propones todo es posible” o “tú puedes con todo”, solo tú sabes de lo que eres capaz y de lo que no. Y la verdad es que hay cosas que sí son posibles y otras que se escapan de nuestro control, ¿significa esto que fracasaste? En lo absoluto.
Ser conscientes de nuestro potencial nos permitirá sacarle partido a nuestras circunstancias y si por el contrario existen cosas que no podemos cambiar, entonces toca adaptarnos y trazamos metas realistas que estén a nuestro alcance y así evitar la frustración.