Este intercambio recíproco de los sentimientos marca el comienzo de la capacidad del niño para la empatía, la capacidad de localizar un proyecto o parte de él en otro y, posteriormente, sentir algo de de esa persona en la experiencia. Este logro psicológico es profundo, ya que constituye el fundamento absoluto de la conducta ética y moral.
Si se suelta de su madre y es incapaz de tolerar y transformar los sentimientos intensos de su bebé, crea una copia de seguridad la cual no es digerida por él. Bebés desatendidos sufren la interrupción de la fusión antes de tiempo. En lugar de preocupación, sólo sienten terror y odio dentro de una jaula de la soledad tóxica.
Si estos acontecimientos no se dan, el bebé se queda con la ansiedad intolerable, porque su vida misma está en juego. Al principio se dan las protestas y los gritos. Eventualmente, si nadie responde, se cierra completamente. Él ha aprendido que su entorno no es confiable, y que nunca volverá a confiar de nuevo.
la empatía, la ética y la moral: 1ª parte
La empatía, la ética y la moral: 3ª parte
La empatía, la ética y la moral: 4ª parte
La empatía, la ética y la moral: 5ª parte
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