Esta fobia se trata de un trastorno psicológico, en el que la persona que la sufre es incapaz de relacionarse con personas de su entorno, es decir, que se ve incapaz de hablar en público, lo que causa bastantes problemas, así como en reuniones sociales siente ansiedad, o en encuentros inesperados con familiares o amigos.
Suele comenzar a aparecer a partir de la juventud, aunque con el paso del tiempo en algunas personas suele quitárseles esta fobia, mientras que en otras, los problemas suelen agravarse, teniendo unas consecuencias que condicionan la vida social, laboral y afectiva.
Algunas de las situaciones en las que puede aparecer esta fobia son aquellas en la que la persona se preocupa por ser el centro de atención al encontrarse a alguien, o bien al tener un cierto temor hacia que sea observada, o a que sus intervenciones parezcan ridículas.
En cuanto a los síntomas físicos que se pueden sufrir destaca los temblores de manos, que pueden ser fácilmente observados, o la sequedad de boca, falta de concentración, palpitaciones, sudor, rubor… Si observamos que comienzan a aparecer estos síntomas, hay que ponerse en contacto con un especialista cuanto antes para tratar el problema.
Para su tratamiento se aconseja que se tengan sesiones grupales, en las que la persona se exprese con libertad y de esta manera vaya quitándose el miedo tanto a expresarse como a relacionarse con los demás, son bastantes las sesiones que harán falta, pero con paciencia se termina superando.
