2 EXPERIMENTOS PSICOLÓGICOS que hoy no se podrían hacer

A lo largo de la historia de la psicología, sus métodos han ido cambiando. Analizando estas modificaciones en sus métodos y alcances, nos encontramos con algunas experiencias que vistas con la perspectiva de hoy, hubieran sido imposibles de llevar a cabo. Experimentos que hoy generarían un amplio rechazo, pero que los psicólogos de entonces consideraban la manera de hallar un mayor conocimiento sobre la mente humana y el comportamiento. Hoy analizamos algunos de estos extraños experimentos psicológicos del pasado.

1. El estudio Monstruo

Wendel Johnson, psicólogo de la Universidad de Iowa en Estados Unidos, utilizó un grupo de niños huérfanos para intentar descubrir el motivo por el cual los pequeños tartamudeaban. El psicólogo eligió un grupo de 10 niños tartamudos y otros 12 niños que hablaban perfectamente, y los mezclo. Uno de los grupos recibió refuerzos positivos, se les decía que iban a superar la tartamudez, que era algo normal y que no debían sentirse culpables o tristes.

El segundo grupo recibió refuerzos negativos, ya sea en forma de retos o castigos, independientemente de si eran o no tartamudos. Finalmente, y luego de cinco sesiones, los resultados eran evidentes: muchos de los niños que hablaban bien, ahora se negaban a hacerlo y mostraban problemas. El grupo de los refuerzos positivos, en cambio, había mejorado de forma notable su manera de hablar.

Las críticas no tardaron en llegar. El estudio de Johnson fue bautizado “El estudio Monstruo” y el psicólogo fue convencido por sus colegas de abandonarlo y ocultar los resultados. Recién en 2001, tras una nota del diario Mercury News donde se denunciaban los traumas de algunos participantes del experimento, la Universidad de Iowa pidió perdón públicamente y le cambió el nombre a su clínica de logopedia y foniatría, que había sido bautizada en honor a Wendel Johnson.

2. El experimento de Robber’s Cave

Muzafer Sherif y su mujer, Carolyn Sherif, idearon juntos este experimento. Muzafer es uno de los padres de la llamada psicología social. El objetivo era descubrir el origen de los prejuicios en los grupos sociales. 22 varones de 11 años fueron llevados al campamento de boy scouts del Parque Estatal Robber’s Cave y separados en dos grupos.

Sin que supieran que había otros niños, los niños se fueron consolidando como grupo, estableciendo espontáneamente jerarquías sociales. Además los grupos se pusieron nombres (The Rattlers y The Eagles) y los investigadores, camuflados como monitores del campamento, empezaron a generar fricciones entre ambos bandos, en base a competencias deportivas y otras actividades que generaban un fuerte espíritu de competencia.

La hostilidad entre los dos grupos fue incrementándose a tal punto que la segunda etapa del experimento se tuvo que terminar antes de lo previsto por cuestiones de seguridad. La tercera etapa consistía en generar tareas que requirieran el trabajo conjunto de ambos grupos. Aquí los grupos comenzaron a acercarse y a tender lazos nuevamente, a tal punto que terminaron pidiendo volver a casa en el mismo autobús, demostrando que podían restablecerse vínculos positivos a partir de la acción cooperativa.

Hoy en día este experimento, muy conocido y analizado, no podría realizarse porque los niños nunca fueron informados de que estaban participando de una investigación. El engaño hacia los pequeños da cuenta de una forma de realizar investigaciones que hoy en día está terminantemente prohibida.

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