6 Sentimientos Frecuentes que Sufre el Desempleado

Estos son los seis sentimientos frecuentes que sufre un desempleado en la incertidumbre de la búsqueda de trabajo.
6 Sentimientos Frecuentes en el Desempleado
Casi ningún trabajo es ideal, sin embargo, el verdadero sufrimiento nace de la falta de empleo prolongado durante un largo periodo de tiempo. ¿Cuáles son los sentimientos habituales durante el desempleo?

1. Inferioridad

La persona se compara con los demás que tienen un ritmo establecido en su jornada, un horario frecuente. Mientras tanto, el desempleado nota cómo altera sus propios horarios por la propia desmotivación de una jornada que se presente incierta. El desempleo de larga duración puede poner tan a prueba la autoestima del trabajador que llega un momento en el que duda de sí mismo.

2. Desesperanza

Un trabajo es determinante para tener un proyecto de vida. No solo en decisiones importantes como alquilar una casa, sino también, con la pura supervivencia del día a día en cuanto a gastos de ocio, alimentación, ropa y demás comodidades. Los ahorros no son interminables, por ello, el desempleo produce preocupación y desolación a quien observa su futuro en los términos de un presente que duele.

3. Tristeza

Un grado de tristeza que puede ser muy agudo. La persona pone todo de su parte para encontrar un trabajo, sin embargo, recibe un feedback negativo por parte del entorno. No recibe ninguna respuesta afirmativa en las entrevistas de trabajo. Tal vez, incluso, hace mucho tiempo que no tiene una entrevista.

4. Sensación de pérdida de control

Es realmente duro para quien quiere encontrar un trabajo y pone los medios necesarios para conseguirlo, no poder alcanzar su meta porque no todos los factores dependen de sí mismo. Llega un momento en el que la persona puede sentir que no tiene una influencia real en su propia suerte profesional en un sistema marcado por la precariedad laboral y la baja demanda de empleo en algunos sectores específicos. ¿Qué sentimiento produce este hecho? Miedo. Un miedo que no solo remite al futuro, sino también, al presente.

5. Apatía

El propio contexto del tiempo de ocio cambia por completo a partir de la situación laboral del trabajador. Mientras que para un empleado, el fin de semana es el mejor premio para su tiempo libre, por el contrario, para una persona que está en desempleo tiene el mismo color el lunes que el domingo. Todos los días son iguales y esto incrementa la experiencia de una apatía que conduce al aislamiento y al deseo de tener menos planes de ocio y tiempo libre.

6. Incomprensión social

Muchas de las preguntas, consejos y comentarios que recibe una persona en desempleo por parte de su entorno más cercano muestran esa percepción de falta de empatía. Y es que, realmente, por mucho que lo creas, no puedes hacerte cargo de verdad de cómo se siente alguien que atraviesa este tipo de dolor. Porque el trabajo es mucho más que un medio que aporta un salario. El trabajo es un medio de integración social y una fuente de identidad personal para quien se siente útil con aquello que hace.

Si estás pasando por esta circunstancia, confía en que este hecho solo es temporal y cuídate mucho.

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