Simplifica tu vida porque menos es más: recuerda que el camino más sencillo en realidad, es el más directo. No des más rodeos de los necesarios para llegar a tus objetivos. No guardes en la memoria del corazón, rencores innecesarios. Vacía la maleta de sentimientos desagradables como la rabia, el odio, el rencor, el rechazo, la desesperación… Abre la ventana de la ilusión, la fuerza y la magia porque aquí y ahora puedes empezar de nuevo: abre los ojos de par en par y observa toda la belleza del mundo que te rodea.
Libérate de preocupaciones
Merece la pena disfrutar del momento presente sin preocupaciones porque te restan la energía que te permite vivir conectado con este instante. Cambia las preocupaciones por ocupación, es decir, centra tu atención en resolver ese problema que te angustia. Y si necesitas ayuda, pídela, recuerda que en la vida no estás solo.
Establece un plan de prioridades
Es fundamental tener un plan de prioridades para tener una jerarquía de intereses en la vida, no se puede llegar a todo por tanto, establece un plan de metas prioritarias y otras que son secundarias. Reduce tu número de metas para poder centrarte en dos como máximo. Cuando la mente se centra en diez objetivos al mismo tiempo entonces, se dispersa.
Establece metas realistas, recuerda que el valor de lo más sencillo es lo que de verdad aporta valor a la vida: conversación agradable con los amigos, una buena comida para disfrutar en familia, respirar aire puro, la belleza de un amanecer, el cariño de los abuelos…
Conclusión
Cuídate a ti mismo porque para poder cuidar de los demás, en primer lugar, tienes que estar bien contigo y saber qué quieres. Por tanto, no busques excusas, toma las riendas de tu vida y disfruta de la realidad actual como te mereces.
Unos buenos consejos que olvidamos demasiado amenudo, ni nos liberamos de preocupaciones ni establecemos prioridades vivimos en un contínuo desorden, pero gracias a artículos como este lo podemos cambiar.
Un saludo.