El sentimiento de culpa es muy humano pero también es agotador vivir siempre con un peso interminable sobre la espalda y el corazón. La culpa es el resultado de la falta de perdón hacia uno mismo. Por ejemplo, en una discusión de pareja el perdón no llega de verdad hasta que cada uno ser disculpa a sí mismo de corazón.
Por mucho que una persona que se ha sentido herida por ti te perdone de corazón, tú no alcanzarás la libertad interior hasta que te concedas el regalo del perdón que es un gesto de amor. ¿Cómo decir adiós al complejo de culpa?
El poder de la comprensión
Imagina que ese dolor que te hace sufrir lo padece la persona que más quieres del mundo, por ejemplo, tu madre. En ese caso, imagina qué le dirías a ella en esa situación para aliviar su pena. Las palabras te ayudarán a poner un poco de alivio a este malestar.
Escribe una carta a tu yo del pasado en la que envíes un mensaje de ánimo a esa parte de ti que quedó estancada en el ayer y que necesita pasar página de verdad.
La culpa solo es positiva cuando se convierte en un estímulo para reparar el daño cometido. Si a día de hoy puedes hacer algo por reparar el daño cometido en el pasado, entonces, adelante. Si no es así, entonces, piensa que aquello que te hace sufrir es algo que no existe en la realidad sino en tu mente.
En última instancia, vivir con sabiduría implica asumir los momentos de máxima felicidad pero también, tristezas, dolores, pérdidas y errores. Aspirar a la perfección absoluta es imposible. Piensa que en cada error tienes una gran oportunidad de aprendizaje.
Superar la culpa te ayuda a tener a tope tu estado de ánimo. El amor sana las heridas, por tanto, aprende a mirarte con los ojos de la esperanza, igual que tratarías a tu mejor amigo.