Cómo Sentirte Mejor Contigo Mismo

Consejos básicos y efectivos para mejorar el bienestar al tener una relación sana y feliz contigo mismo.

Cómo Sentirte Mejor Contigo Mismo

Es un hecho especialmente significativo el de aspirar a tener una relación más sana y constructiva contigo puesto que cuando tú estás en paz con tu propio ser, todo fluye con relativa armonía a tu alrededor. Por el contrario, cuando estás en lucha contigo mismo, esta dinámica también se extiende más allá de ti. ¿Cómo sentirte mejor contigo mismo? ¿Cómo lograr el objetivo del bienestar?

Libérate de exigencias y expectativas

Esto no es un examen, por tanto, no debes abordarlo como si lo fuera. No se trata de alcanzar una nota determinada sino de avanzar. Por ello, intenta fluir con la propia vida, intenta marcarte el propósito de vivir, el día de hoy, con relativa tranquilidad. Concéntrate en esta jornada, no quieras abarcar todo el futuro en un solo segundo. Solo por hoy, piensa en ti y en lo más importante: la tranquilidad.

Valora el silencio

No intentes huir de él puesto que en realidad la ausencia de palabras es muy constructiva en muchos momentos. Aprecia esos instantes de calma porque puede que llegue un día en el que los eches de menos dado que existen situaciones que rompen con este ingrediente de bienestar. Por ejemplo, constantes discusiones de pareja.

Adiós a los influencers

Si estás viviendo un momento en el que tus expectativas sobre tu propia vida no se cumplen es recomendable que intentes hacer un détox digital y te alejes durante un tiempo de la rutina de observar las galerías de imágenes de Instagram de quienes comparten fotografías de ensueño y vidas ideales marcadas por la abundancia de sonrisas. El riesgo de las redes sociales cuando te encuentras en un mal momento personal es la tendencia hacia la comparación.

Confía en tus buenas intenciones

En lugar de culparte por los resultados de tus acciones intenta pensar que has puesto lo mejor de tu parte para alcanzar esa meta. Es decir, confía en tus buenas intenciones. Piensa que has hecho todo lo posible para llegar a ese punto. Valora tu propio esfuerzo personal sin darlo por supuesto. Casi siempre, en el comienzo de las acciones personales existe una intención positiva. Incluso aunque luego ese hecho derive en un error, es conveniente tenerlo en cuenta.

Ánimo proactivo

Si estás en lucha con tu propio estado de ánimo, si sueñas con sentirte bien pero en realidad te cuesta lograr este objetivo porque esperas que ocurra algo en el entorno que transforme tu día, en realidad, cambia de mentalidad porque eres tú mismo quien, por iniciativa propia, debes hacer algo para alcanzar el plano del bienestar. Por mucho que otras personas hagan por ti, si no cambias tus pensamientos, es difícil que esas acciones externas puedan producir algún efecto.

Los gestos más sencillos producen una huella constructiva, por eso, debes intentarlo. Por ejemplo, dar un paseo es una experiencia muy apetecible. La mejor alternativa ante la idea de quedarte en casa durante toda la tarde dando vueltas a la cabeza.

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