Psicología y memoria: ¿por qué OLVIDAMOS COSAS?

Una de las áreas de la psicología que ha sido ampliamente estudiada es la de la memoria, los recuerdos y el olvido. A través de lo que se conoce como ‘teoría asociativa de la interferencia’ se ha buscado dar respuesta a la problemática de los recuerdos que con el paso del tiempo se van olvidando. ¿Por qué pareciera que aquellas cosas que recordamos nítidamente un día, se van desvaneciendo?

¿De qué va esta teoría?

Desarrollada por Jenkins y Dallenbach, dos prestigiosos estudiosos de la mente y la memoria, aparece en escena en momentos donde se le está prestando especial atención al fenómeno del olvido. Se trata de una teoría que trata de explicar algo que nos suele suceder: tenemos un día de intenso aprendizaje, donde nos enseñan diferentes cosas. Al llegar a casa, repasando lo que sucedió, nos olvidamos los detalles o mezclamos las historias. ¿Por qué pasa esto?

Antes de abocarnos a la teoría moderna de Jenkins y Dallenbach, recordemos a Hermann Ebbinghaus, uno de los primeros investigadores en trabajar sobre el olvido como un proceso psicológico. Creó 2.300 sílabas sin sentido alguno, las agrupó y registró cuantas podía recordar. Así empezó a tomar nota de algunos rasgos sobre el aprendizaje y la memoria.

Por ejemplo, que en la primera hora es cuando más rápido se olvidan las cosas. La tasa o curva de olvido se va volviendo más lenta con el paso del tiempo, por eso hay que estudiar varias horas para dominar un tema. A su vez, Ebbinghaus detectó dos problemáticas que posteriormente serían trabajadas por Jenkins y Dallenbach: los recuerdos que se van erosionando con el paso del tiempo (teoría del decaimiento de la huella) y la fragmentación de los recuerdos (teoría multifáctica de la huella).

La teoría asociativa de la interferencia

La premisa de esta teoría es que el olvido se debe a una interferencia. Inhibición o destrucción del material viejo por material nuevo. También puede suceder a la inversa. Para demostrarlo, los dos científicos llevaron adelante un experimento con un grupo de personas que debió aprenderse una lista de palabras tipo CVC (consonante, vocal, consonante) y posteriormente se evaluaba cuantas recordaban a las “X” horas de sueño o vigilia en un rango de 1 a 8.

Los resultados mostraron que las personas “despiertas” (aquellas que se veían expuestas a más situaciones de interferencia), recordaba menos palabras que el grupo “dormido”. Los autores atribuyeron estas diferencias en el recuerdo a la cantidad de interferencias que había en el entorno, remarcando entonces como el estado de vigilia implicaba mayor exposición a estímulos que pueden interferir con el recuerdo.

¿Qué tipos de interferencia hay?

Los autores también diferenciaron entre diferentes tipos de “interferencias” a la hora de formar los recuerdos. Están las denominadas interferencias proactivas (que implica que información vieja, ya aprendida, interfiere en la retención de información nueva. La interferencia retroactiva funciona al revés, impidiendo la retención de información vieja debido a la interferencia de nuevos descubrimientos en información.

Este es un primer acercamiento a una teoría muy enriquecedora que permite arrojar algo de luz sobre los misterios de la memoria, los recuerdos y cómo se forman y preservan. Ampliaremos acerca del funcionamiento de la mente para la formación de recuerdos en el próximo post sobre esta temática.

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