La grafología es una técnica que utiliza el análisis de la escritura para identificar o describir la personalidad de un individuo e intentar determinar características generales del carácter, su equilibrio mental (e incluso fisiológico), la naturaleza de sus emociones, su tipo de inteligencia y aptitudes profesionales. Según algunos grafólogos, serviría también para diagnosticar el grado de salud o enfermedad física y mental.
Aunque se le ha pretendido asignar el carácter de “ciencia”, la mayoría de los estudios realizados no han podido confirmar su validez. Por ello es generalmente considerada una pseudociencia.
No se debe confundir la grafología con la caligrafía forense, que es una disciplina utilizada en criminología para comparar escritos y determinar, por ejemplo, si un documento fue firmado por una persona determinada.
Se sabe que ya en el año 6.000 a.C. en Mesopotamia, Babilonia y Persia ya era objeto de algún tipo de análisis. En el año 1.000 a.C., en China y Japón practicaban cierta forma de estudio grafológico, basando el análisis en el espesor, rigidez y flexibilidad de algunas líneas.
El origen de la grafología moderna se sitúa alrededor del año 1622, en Bolonia (Alemania) y, con la publicación del libro “Systhema de Graphologie” en 1871, Hippolyte Michón comenzó a ser conocido como el «padre de la Grafología«.
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