¿ Casarse o seguir conviviendo sin compromisos ?

Tu pareja y tú lleváis conviviendo juntos un cierto tiempo, y os encontráis cómodos el uno con el otro. O bien no vivís juntos, pero queréis casaros para hacerlo. No obstante, hay historias que afirman que con el compromiso máximo acaba la felicidad y el amor. La posibilidad de que la armonía se trunque te para a la hora de decidir si quieres celebrar la ceremonia nupcial y pronunciar el esperado «sí, quiero» con tu pareja. Pero, ¿son realmente estas dos palabras las culpables de que se acabe el amor?

1. Tópico uno: el matrimonio acaba con el amor

Falso. No es casarse lo que acaba con el amor, son los problemas derivados de la convivencia común lo que lo hacen. La rutina, el aburrimiento y en ocasiones los celos son los tres factores que hacen que la felicidad acabe. Hay dos posibles soluciones a esto, que no son incompatibles: primero, convivir un cierto tiempo antes de la boda; segundo, hablar de estos problemas, hacer partícipe a la pareja en nuestras vidas en todo momento y buscar aficiones comunes, lejos de las obligaciones diarias, para pasar tiempo juntos.

2. Tópico dos: hay que pasar todo nuestro tiempo al lado de la pareja

Falso. El hecho de que nuestra pareja sea partícipe de nuestra vida no significa que tengamos que estar pegados a ella, como si fuéramos siameses. Lo importante es que tengamos tiempo de calidad junto a ella. Y nosotros también necesitamos nuestro espacio: tiempo para ver a los amigos, para ir al spa o para hacer algún tipo de actividad en solitario.

3. Tópico tres: el matrimonio requiere esfuerzo

Verdadero, casarse y después el matrimonio es un trabajo diario, por lo que hay que trabajar para que vaya bien. Aunque esto no significa que sea un trabajo tedioso o desagradable.Hay que recordar que, en una relación, la mitad es el amor y la otra mitad la voluntad y el compromiso.

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