La comida al servicio de la seducción

En otro post os contaba que el ser humano es, por naturaleza, muy simple y que la comida es una de esas cosas fundamentales que podemos utilizar para seducir a nuestra pareja. Hoy vamos a poner el acento en algunas pequeñas cosas que podemos poner en práctica,  evidentemente con algunos alimentos, para que nuestro chico se vuelva literalmente loco de pasión y deseo por nosotras.  ¿Te imaginas una noche de verano en la playa paseando al borde del agua, chapoteando con la arena entre nuestros dedos, y todo ello adornado con un buen vaso de vino en una de nuestras manos mientras que con la otra le rozamos sus dedos al tiempo que cruzamos nuestras miradas?.
Os aseguro que ya sólo de pensarlo me sube la temperatura.

En realidad se trata de todo un arte que no debemos desdeñar porque en esos pequeños detalles podemos encontrar aquello que nos distingue de todas las demás y que nos hace únicas. Podemos dejar en la retina de nuestro compañero esas imágenes que no se borrarán por mucho que el tiempo se empeñe en deslucir nuestros recuerdos.  Tenemos que convertirnos en unas expertas en seducirles utilizando el simple truco de darles aquello que les gusta y de enamorarles por el estómago con la comida, y todo ello de una forma sensual y, vamos a decirlo,  provocativa. Empecemos por un pequeño ejercicio: cuando vayamos a hacer la compra vamos a empezar a pensar qué alimento le podemos dar para dejar volar nuestra imaginación en ese momento en el que nos sentemos a cenar… a desayunar… o a comer. Ahora menos charla y pongámonos a practicar.

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