¿Existe la media naranja?

¿Por qué parece que tenemos que encontrar una persona PERFECTA, IDEAL, que nos cumplimente en todos los sentidos?

Pero… ¿es esto REALMENTE lo que necesitamos?

¿Qué quiere decir MEDIA NARANJA? Si te fijas, cuando piensas en media naranja, rápidamente te viene a la mente que falta otra media naranja verdad? por otro lado, si pones media naranja en una mesa verás cómo se queda quieta, pero si pones una naranja entera, es probable que ruede hasta caer de la mesa, es decir, avanza.

Hay quien dice que no le ha aparecido la persona adecuada… y tal vez sea cierto… se dice que todos tenemos una media naranja y que nos pasamos gran parte de nuestra vida buscándola y frustrándonos si no la encontramos.

Pero si todos tenemos UNA media naranja, no queda la cosa un poco limitada? ¿Y si resulta que mi otra mitad está en Tailandia? ¿O en Suecia? ¿Cuál sería la probabilidad de encontrarla? O ¿Qué pasaría si mi media naranja se ha confundido y se ha liado con media mandarina o kiwi, en qué situación le deja a uno?

Así, cuando creemos en la media naranja, pensamos que necesitamos que otra persona nos complete como personas, nos haga sentir vivos, nos haga sentir llenos, y existen muchísimas películas en el mercado que defienden esa postura, también canciones, como Sin ti no soy nada, de Amaral, donde se muestra la clara dependencia emocional hacia otra persona.

Si yo creo que sin ti no soy nada, siempre te necesitaré, te celaré, te absorberé, y te aprisionaré. Y ése, amigos, es el amor mal entendido, pues el amor es libre, es liberador, es único, es especial, es confiado, es amoroso, y es enriquecedor.

Tengo muchísimos clientes que acuden a mí porque son infelices en las relaciones de pareja, o porque son infelices en general, y cuando empezamos a escarbar detrás de las creencias que tienen, aparecen varios de los mitos que destruyen todas las relaciones:

«El estado de enamoramiento dura siempre si no, es que no le amo, el mito de la media naranja, el mito de la exclusividad, si me quisiera sabría lo que pienso y siento, unión total y fusión, los celos indican que me ama, mi pareja va a cambiar y yo puedo lograrlo, el mito de la confianza absoluta, un hijo mejora un mal matrimonio, el matrimonio o pareja para siempre puede realizar todos nuestros sueños, los opuestos se atraen y se complementan, el amor es un sacrificio, etc.»

Afortunadamente, los mitos y las creencias se pueden trabajar, no son definitivos, no creemos lo que creemos toda la vida, porque eso, depende de una visión del amor, de la pareja, de la vida, y cuando nos cuestionamos eso, las creencias erróneas y destructivas pueden moverse.

Cientos de clientes me han manifestado su sensación de alivio y libertad después de hacer coaching o terapia para trabajar el tema del amor, y lo más importante, me comparten cómo pueden empezar a vivir de relaciones plenamente satisfactorias, sin juicios, sin historias rocambolescas, sin complicaciones. Simplemente… siendo felices.

No es mi pareja quien me tiene que completar, ni hacer feliz! YO soy RESPONSABLE de mi propia FELICIDAD. Por tanto, yo debo ser feliz por mí mism@ sin estar pendiente de que mi pareja me haga feliz, tanto si la tengo (… me llama o no me llama, es detallista, me hace regalos,…) como si no la tengo (… jamás tendré pareja, si no tengo pareja estoy angustiad@ e infeliz e insatisfech@).

Así, YO puedo aprender a superarme a mí mismo, aprendiendo de mis vulnerabilidades, afrontando situaciones por mí mismo, en fin, creciendo, madurando, transformándome en una persona autónoma, valiente y confiada en sí misma.

Y luego, solo luego, aparecerá un amor digno y merecedor de mí devoción. Pues cuando me amo a mí mism@, puedo sentirme amad@ a través de los ojos del otro, y puedo amar sin temor a sufrir. Ése amigos, es un camino que todos debemos aprender, si, como yo, creciste pensando en el príncipe o la princesa.”

Autora: Laia Giménez
Psicóloga Especialista en Relaciones Interpersonales
www.centreatum.com

1 COMENTARIO

  1. Me parece muy acertado el artículo, estoy pasando por una ruptura de una relación en la que los dos pensábamos que habíamos encontrado a la media naranja, al amor de nuestra vida. Esa es una responsabilidad muy grande que no hemos podido llevar a cabo. He descubierto que realmente nadie es el amor de mi vida, ni la de nadie. Siendo feliz yo, podría vivir feliz con muchas mujeres. No hay una predestinada, sino miles de mujeres compatibles. Solo hay que encontrar a una compatible y saber cuidar la relación.

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