Síndrome de la mano extraña / ajena

Las personas que padecen este síntoma sienten que no tiene control sobre su mano.

Generalmente es provocado por una cirugía que se le realiza a las personas que sufren de epilepsia y también puede producirse por lesiones o infecciones.

La mano que sufre la afección es la del lado contrario a la del hemisferio que se haya lesionado, y si la lesión se produce en ambos hemisferios las dos manos pueden llegar a tener estos comportamientos extraños.

Es muy común ver en las personas que lo padecen, sus manos peleando una contra la otra. Una persona puede tener dificultados por ejemplo para leer un libro ya que una mano lo abre y la otra lo cierra, o lo mismo le puede suceder al querer dejar un objeto ya que por ejemplo lo deja con su mano derecha y la mano izquierda lo toma inconscientemente, como si la mano tuviera vida propia.

Esto no se trata de ningún tipo de posesión, la causa que lo produce esta en el cerebro, el cuerpo calloso se encuentra en la zona que conecta a ambos hemisferios y al provocarse un daño en esta zona comienza a darse una ausencia en la comunicación entre los mimos, no se transmiten los datos entre ellos y la persona comienza a comportarse como si tuviera dos cerebros.

Si bien se vuelve bastante difícil convivir con esta afección, todavía no existe una cura ni un tratamiento que lo aplaque, lo más recomendable para estos casos es mantener la mano extraña o ajena ocupada, como por ejemplo tener siempre un objeto en ella.

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2 COMENTARIOS

  1. Por el presente escrito quisiera contar mi historia, para que no caiga en el olvido y pueda servir a los estudiosos y a la ciencia, para que les surjan más dudas en relación a todas las especialidades, neurología, psiquiatría, psicología, etc. Que estudian el cerebro y la mente humana.
    Mi historia comenzó hacia Primeros de Enero del año 2015. Todo comenzó tras una larga temporada de desempleo y que me lancé a una nueva aventura en una especialidad ajena a la que había estudiado, a través de un conocido que me dio la oportunidad. Todo ello empezaba con un curso de charla-formación de una semana de duración de lunes a viernes. Pues bien, como suele ser habitual en este tipo de formaciones el último día, y al final del todo suelen preguntar ¿qué te ha parecido el curso?, ¿qué le añadirías?, ¿qué dudas tienes?, etc. En este momento van preguntando de uno en uno y yo ya pensé que me tocaría el último y ya desde mediados de semana se me ocurrió la respuesta, pero mientras me tocaba el turno la iba construyendo. Cuando por fin me tocó el último, dije mi mensaje con tal ansiedad, como una emoción que viene de la boca del estómago, que al final expresarme me quedé unos segundos sin respiración, de una manera que nunca me había sucedido antes, no era el típico sofoco que no te deja continuar de hablar, era algo distinto. Se me pasó y nos volvimos para casa, ya que era las 14:00 h del viernes y teníamos todo el fin de semana por delante. Durante el fin de semana estuve dándole vueltas a lo que me había pasado y que el lunes se lo contaría a mi amigo, pero no fue así ya que llegó el lunes estuve en el nuevo trabajo y ya tenía unas ideas un poco extrañas y el martes me busqué una excusa para llevar a mi padre al médico y no ir a trabajar. La mañana fue tan extraña que a mi padre le acercó al médico mi hermana y yo me quedé delirando en casa con el jefe de mi hermana, fue tan súbito los delirios e ideas extrañas y además tan variadas, que cuando a la tarde me acerqué al hospital de urgencia con mi hermana, los médicos me diagnosticaron crisis de ansiedad y al día siguiente me dieron cita para Psiquiatría, yo como pensaba que estaba bien fui tranquilamente a la cita con mi hermana y no hubo los problemas que tuve el día anterior en el cuál hasta me durmieron por lo alterado que estaba.

    Hasta aquí todo relativamente habitual en medicina, aunque con su gravedad, pero algo más común de lo que una persona sin problemas y que no piensa en los trastornos mentales puede hacerse una idea de la gente que tiene algún tipo de trastorno. Y más aún seguía haciendo vida normal y apenas le contaba mis delirios a mi familia, aunque en lo funcional actuaba correctamente y como de costumbre.

    Aquí empecé sólo por las noches, cuando me iba a la cama a mover ambas manos y brazos de manera involuntaria y yo lo achacaba a que mi tía que vive en el extranjero me había dicho que mirase todo lo relativo al lenguaje y movimiento corporal. Además, todas las noches eran prácticamente el mismo tipo de movimientos complejos y coordinados, a los cuales yo me montaba una película y les asignaba nombre o función, pensando que era para que mis movimientos, saliese un mejor yo, con un lenguaje corporal de líder. A Todo esto, se le fue sumando que al escuchar por la noche música que me había recomendado mi Tía, se me movían los brazos de manera suave, pero elevándose y como si estuviera apartando cosas y se cortaban cuando terminaba la música. Uno de los conciertos duraba 3 horas y tenía 3 pausas, moviendo yo sólo los brazos cuando había música y esto se repitió todas las noches casi desde el principio del brote psicótico, hasta que me día la 2ª crisis a los 4-5 meses en mayo. Pero no solo tuve estos movimientos similares al balismo, sino que además tenía blefaroespasmo y en lugar de parpadear una sola vez, lo hacía repetidas veces 4-5 de manera muy rápida y se paraba, así como movimiento constante de mandíbula, y de vez en cuando sobre todo por la noche, tenía movimientos complejos de la boca y labios.

    Hasta que una noche en la cama mi mano derecha comenzó a escribir frases con sentido de manera involuntaria, pero que lo hacía todo el día y en cualquier momento y escribía cosas como “poco a poco”, “sé fuerte”, “jajajajajaja”, “Loco de alegría cuando termine esto”. Al día siguiente cuando me levanté, lo primero que hice fue buscar por internet lo de escribir con la mano y el primer resultado que me dio fue el síndrome de la mano extraña. Yo renegaba de tener ese síndrome y pensaba que era una habilidad especial para ser un mejor yo. Aunque una de las veces, cuando me estaba aseando por la mañana, mi mano derecha cogió la maquinilla de afeitar que estaba en la encimera del lavabo, hice el gesto de apuñalarme con ella y la volví a dejar en su sitio, todo ello de manera ajena a mi voluntad.

    Otra de las rarezas que me surgían de vez en cuando, aproximadamente una vez a la semana, era que de manera involuntaria gesticulaba o decía en voz baja algunas palabras o frases, como “Papá estoy loco”, “estás jodido” ó “Sé fuerte”. Así como alguna vez mover o girar la cabeza y gesticular los labios durante unos pocos segundos, como si fuese otro que controlaba mis movimientos.

    Todo esto hasta que en mayo, me dio una crisis o “posesión” en la cual además de seguir con mis delirios, pero ya los expresaba a mi familia, tuve los movimientos que seguía como pauta todas las noches y esta vez decía en voz alta lo que cada noche pensaba con el movimiento que hacía, hasta que hubo un momento que fue como si me controlase una fuerza exterior y tumbado en la cama y durante unos minutos, estuve hablando en voz alta de manera involuntaria diciendo constantemente como si fuera una cuenta atrás y cortando la cuenta atrás con una palabra inconexa volvía al inicio de la cuenta atrás , moviendo ambos brazos de manera involuntaria y a modo de pistola apuntado y disparando a los médicos, policía y mi hermana que estaban en la habitación viendo atónitos la escena. Hasta que después de inyectarme un calmante e igual de súbito que vino esa “posesión” se acabó y volví a ser dueño de mis movimientos.

    Esta vez si me ingresaron en un Hospital con área de psiquiatría y esta vez me diagnosticaron trastorno psicótico sin especificar y me recetaron antipsicóticos, los cuales llevo tomando desde entonces, aunque poca cantidad 2 mg de Risperidona por la noche. Seguía teniendo ideas raras y cambiantes, mi mano seguía escribiendo involuntariamente y cada vez que la dejaba parada o no hacía nada con ella. Pero la primera noche en el psiquiátrico dejé de tener los movimientos pautados de todas las noches, lo que me hizo pensar que había llegado al final de una fase de evolución y desde entonces no he vuelto a tener movimientos involuntarios y complejos por la noche. Sí tuve algún movimiento complejo durante el día, pero de manera esporádica y también dejé de hablar y/o gesticular frases involuntariamente. Internado estuve diez días y la psiquiatra que llevaba mi caso, sí que me preguntó por mi movimiento de escribir de la mano, pero yo me salí con otra respuesta para no confirmar que se movía de manera involuntaria.

    Una vez salí del hospital, seguí con el día a día, escribiendo con la mano y con el blefaroespasmo, hasta que poco a poco caí en la cuenta de que eso no era normal ni justificable por cualquier causa y de buenas a primeras el blefaroespasmo cesó y cuando iba a contarle lo de la mano al psiquiatra que llevaba mi caso, dejé de escribir repentinamente y así estuve dos semanas hasta que me escribió sus últimas palabras “Fin …… Fin de la programación”.

    Pese a que ya se terminaron todos mis movimientos raros e involuntarios, yo se lo expliqué al psiquiatra y creo que este no me hizo bastante caso, ya que después de una docena de visitas de apenas cinco minutos cada una, su diagnóstico es de Personalidad sensitiva, o paranoico, para los que no conocemos las denominaciones de los trastornos.

    Y así unos años después no he vuelto a tener ni ideas delirantes, ni escribir con la mano, ni hablar involuntariamente, ni prácticamente ninguno de los movimientos que tenía, a excepción del bruxismo, el cual los médicos achacan a la Risperidona,2 mg por la noche y 10 mg de Brintellix a mediodía, pero visto todos esos trastornos del movimiento que he tenido lo pongo en duda.

    Un saludo

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