Para empezar, tendríamos que aclarar un punto muy importante que genera constante confusión entre la gente. Primero, nos han enseñado que una fobia se traduce como miedo, principalmente 
debido, quizás, a que la palabra fobia viene de la interpretación de una palabra de origen griego.
Fobos hijo de Afrodita y de Ares, era el miedo o pánico en persona, la ejemplificación del terror. En Roma, Fobos fue bautizado como Timor, algo que no sorprende, ya que de allí surge la palabra “temor.” Sin embargo, no se trata de una deidad cobarde, por el contrario, era él quien infundía miedo y temor en sus adversarios, por lo que acompañaba a su padre Ares o Marte en sus batallas.
El hecho de que Fobos haya sido después elegido para construir la palabra fobia ha generado en la opinión pública la impresión de que fobia significa literalmente “miedo”, pero esto no es del todo cierto. Una fobia también puede ser, además de miedo, repulsión al grado de evitar por todos los medios el contacto con algún objeto, cosa, animal o situación en concreto.
Existen tantas fobias como personas, pero siempre tienen en común que son un miedo o repulsión casi siempre irracional a situaciones que no representan ningún peligro potencial. Algunas son muy extrañas, tales como la somnifobia. La somnifobia es la repulsión o miedo a quedarse dormidos, por temor a que algo suceda mientras los individuos que la padecen duermen. Esto se origina a que, en cierta forma, es razonable pensar que mientras dormimos somos más vulnerables al no podernos percatar de lo que sucede a nuestro alrededor. Mucho menos podríamos defendernos. Pese a ello, sabemos que en nuestra habitación estamos lo bastante seguros como para poder dormir toda la noche. La somnifobia es entonces un temor irracional a dormir, desproporcionado y sin razón de ser.
