Probablemente los métodos anticonceptivos más estudiado de toda las historia sean aquellos que usan terapia hormonal, es decir, aquellos, como la píldora anticonceptiva, destinados a alterar en cierta medida las hormonas naturales para la concepción.
Pese a que los especialistas ya sabían que entre sus efectos secundarios estaba el de producir problemas vasculares como trombos, ningún estudio había sacado a la luz el nivel de incidencia que estos anticonceptivos podían tener.
Según una publicación del British Medical Jounal, un estudio en el que se ha seguido durante 10años a 9,4 millones de mujeres cuyas edades estaban comprendidas entre los 15 y los 49 años ha desvelando unos datos sorprendentes.
Según este estudio, las mujeres que no utilizaban anticonceptivo o utilizaban otros no hormonales, tenían una media de 2 accidentes cardiovasculares cada 10.000 años; para la píldora anticonceptiva (no confundir con la del día después) , este riesgo se multiplica por tres, es decir, 6,2 sucesos .
Otros métodos hormonales desvelan datos aun más alarmante, el anillo vaginal tiene una incidencia de 7,8 y, por su parte, los parches transdérmicos, dispara la cifra a valores que rondan los 10 accidentes por cada 10.000 años.
Lo curioso de todo esto es que solo se produce en aquellos anticonceptivos cuyo principio activo es el levonorgestrel ya que, en aquellos basados en la progesterona, como el DIU hormonal, los índices rondan los de las que no usan terapia hormonal.
Esto ha hecho que muchos, se planteen el estudiar nuevas dosis para intentar mitigar de la mejor forma posible los efectos secundarios de las terapias hormonales anticonceptivas ya que estos riesgos son relativamente elevados.
Y son relativos ya que en el estudio no se tuvo en cuenta, en la mayoría de los casos, un estudio de predisposición genética a sufrir este tipo de accidentes cardiovasculares cosa que puede haber alterado en cierta medida el estudio.
Pero, todo esto no es nada nuevo, anteriores estudios desvelaron que existía riesgo de que estos métodos anticonceptivos podían elevar la propensión a sufrir cáncer de mamas pero no se llegó a estudiar en profundidad ya que, estos métodos, reducen la incidencia de cáncer uterino, mucho más común que el cáncer de pecho, en mujeres de más de 50 años.
Todo esto ha llevado a muchos de los mejores expertos a que se planteen la posibilidad de cambiar a terapias de dosis bajas en aquellos casos donde la mujer tenga un peso dentro cuyo índice de masa corporal este dentro de unos valores normales y no exista riesgo genético a sufrir trombos, lo cual implica que el paciente deberá realizarse una prueba genética.
En cambio para aquellas mujeres con riesgo a sufrir dichos accidentes, se plantean el uso de DUI y otras terapias hormonales basadas en la progesterona o, incluso, el de sustituirlo por otro método anticonceptivo no hormonal.
Sea como sea lo cierto que todo esto ha planteado serias dudas acerca de los tratamientos hormonales, y no solo en los de índole anticonceptiva, pueden ocasionar en los pacientes a largo plazo.