Descubre qué es y cómo te afecta el síndrome del trabajo excesivo que daña tu salud física y psicológica porque la ocupación excesiva duele.
La infelicidad de la ocupación constante
Trabajar para vivir, es decir, para tener un medio de estabilidad económica. Sin embargo, en la sociedad actual, con mucha frecuencia, se alteran los términos al vivir para trabajar. Es decir, al quedar encerrado en una rueda de trabajo, ahorro y deseo de poseer determinados bienes materiales.
Esta tendencia de vivir para trabajar también es una constante en una sociedad con empleo precario en donde se produce una nueva realidad. La nueva pobreza que se sufre incluso teniendo un empleo, sin embargo, cuando el salario es tan justo muchas familias tienen que priorizar entre pagar la hipoteca o pagar la calefacción.
El síndrome del trabajo excesivo es esa sobrecarga de tareas que pesan sobre el ánimo y la vida de tantas personas. Un síndrome de trabajo excesivo que no deja espacio prácticamente para el ocio o para el descanso de calidad. La persona se posiciona en el rol de la ocupación y la productividad como una obligación constante.
La salud es un pilar básico de la vida. Sin embargo, sorprende cómo podemos llegar a descuidar nuestra propia salud por hábitos inadecuados que en muchos casos acompañan al trabajo. Por ejemplo, la posibilidad de asumir más carga de tareas de la que realmente puedes llevar a cabo. O ese estilo de vida en el que te sientes constantemente encerrado en los márgenes del estrés y aprendes a convivir con esa vida estresante como si fuese lo más natural del mundo. Lo cierto es que no lo es.
El trabajo excesivo es una filosofía de vida poco recomendable. Piensa en todos los efectos que tiene sobre tu vida el trabajo excesivo. En primer lugar, poco tiempo libre para dedicarlo a tus relaciones personales. Y ante esta falta de tiempo, muchos de tus vínculos personales mueren o se estancan. Además, también experimentas la ansiedad de sentirte encerrado en la amargura de un túnel gris. Sientes que no puedes hacer nada por cambiar esta situación cuando en realidad, sí depende principalmente de ti.
Pero además, el trabajo excesivo no solo afecta a la salud mental sino también a la salud física. Por ejemplo, el dolor muscular es una constante a nivel corporal. Es importante vivir y disfrutar del presente y eso es incompatible con la posibilidad de empleo. Sin embargo, es fundamental cuidar también de la propia salud evitando, por ejemplo, la costumbre de prolongar las jornadas de trabajo hasta altas horas de la madrugada en casa.
Hacer cambios de salud laboral
El trabajo excesivo altera los hábitos de vida más básicos como la alimentación o incluso el descanso. Porque cuando entras en la rueda de que el trabajo lo es todo en tu vida, entonces, el sufrimiento psíquico y físico es una constante que te limita de un modo potencial. Y a veces, debemos hacer un cambio de planteamiento en lo que queremos, en cómo estamos viviendo para corregir ciertas carencias y aspirar a un mejor estilo de vida.