La rutina es el mejor lugar para ser feliz. La mayor esperanza para sentirte bien en la sencillez del vivir.
La vida en el ahora
Tu vida, la verdadera, es aquella que transcurre en los márgenes de una rutina que a veces resulta agradable y otras un tanto aburrida. Sin embargo, la vida está en el poder de lo sencillo. En esos detalles bonitos de la existencia que en tantos momentos pasan desapercibidos. El tiempo vuela. Y esta percepción de velocidad aumenta a medida que cumplimos años.
Ser feliz en el ahora significa abrir la puerta del corazón para conectar con la esencia de las cosas tal y como son. Sin pretender cambiarlas constantemente. Porque cuando esperas que ocurran cosas extraordinarias en tu vida, entonces, desprecias la sencillez del instante actual.
Para ser feliz en la vida cotidiana, intenta hacer que esta vida cotidiana tenga un nuevo significado para ti en tu existencia. Por ejemplo, imagina que eres el protagonista de una novela histórica, imagina que estás viviendo un momento determinante de tu vida. Es decir, vive este momento con la clara trascendencia de que tu presente influye de forma positiva en tu futuro. Es decir, no observes el ahora de forma aislada. Piensa que el presente de tu vida es el resultado del camino que has recorrido hasta ahora, del pasado que has andado. Pero a su vez, el futuro es la meta que vas a abrazar en tu existencia a partir de la sencillez del cotidiano vivir.
Un cotidiano vivir en el que las cosas son más especiales cuando, por ejemplo, hoy utilizas esa blusa que sueles dejar para ocasiones especiales y hacer de tu vida una fiesta. Cuando preparas ese menú que tanto te gusta, con los mejores ingredientes, para dar sabor a tu vida. Cuando envías un mensaje personalizado a un amigo en lugar de reenviar esa cadena de whatsapps que llega un momento que resultan tan impersonales. Cuando caminas por la calle mirando a tu alrededor en lugar de tu teléfono móvil, es decir, cuando observas la belleza que te rodea.
Tú eres protagonista de tu vida
Porque en la rutina está tu casa. Es imposible vivir constantemente huyendo de ella. Para ser feliz dota de significado a tu trabajo, es decir, piensa que estás aportando un bien a la sociedad a través de tu empleo. Busca las conversaciones con sentido, es decir, no te quedes en la superficialidad de las cosas. Cuida los detalles más inmediatos de tu vida. Por ejemplo, cuida la decoración de tu hogar puesto que en este espacio pasas grandes momentos de rutina sencilla y valiosa.
Tú eres la persona más especial de tu vida, no te des la espalda. La vida deja de ser rutinaria cuando te miras al espejo bajo la nueva mirada de la autoestima y el amor. Piensa que en realidad, ningún amanecer es igual al anterior porque tú también cambias y evolucionas. Piensa que estás siendo testigo único del gran espectáculo del mundo. Y esta aventura es felicidad en sí misma.
