El hecho de querer ser más humilde, dependiendo del contexto, podría encerrar una falsa modestia. Más que aspirar a ser humilde, la meta a nivel humano, es reducir la soberbia y el ego que está en el corazón humano.
El peso del yo es muy intenso. En Psicología y Autoayuda te damos las claves para limitar la soberbia.
Aprende a escuchar
Las personas, tendemos a hablar mucho de nosotras mismas pero no ponemos el mismo hincapié en escuchar a los demás. Los debates políticos son un claro ejemplo de lo que significa la ausencia de diálogo.
Conviene dar un giro a esta cuestión para cambiar de actitud. Por ejemplo, cuando quedes con un amigo para tomar un café dale protagonismo, hazle preguntas, alégrate por las cosas buenas que le han pasado. Es positivo mejorar la comunicación.
Aprende de tus errores
No existe mayor lección de humildad que aquella que podemos extraer de nuestros propios errores. Es decir, los fracasos personales, son un buen toque de atención a la hora de dejar atrás el lastre del orgullo y la soberbia. Todo fracaso tiene una enseñanza vital.
Pide disculpas
En coherencia con el punto anterior, conviene matizar que cuando una persona se ha equivocado tiene que pedir disculpas porque solo así, de verdad, logra reparar el daño hecho a otra persona ya sea en el plano personal o en el trabajo. Pide disculpas cuanto antes después de un conflicto.
Recibe las críticas
Recibe las críticas y asume que nadie es perfecto. Cuando recibas una crítica negativa, no respondas a la defensiva. Escúchala y madura la idea. Piensa que quien te la dice quiere ayudarte a mejorar, por tanto, su intención es buena. Quédate con ese cariño para poder ver algo bueno en la actitud del otro. Da las gracias.