Son muchos los síntomas físicos que padece un paciente con Covid-19, pero también son muchos los efectos psicológicos por los que transita. Las emociones más frecuentes que afectan a estas personas son la soledad, la incertidumbre, la angustia y la tristeza. Se están realizando varios estudios para ver el impacto anímico que tiene la enfermedad sobre los pacientes, ya que se está detectando que en algunas personas estos efectos persisten una vez transitada la enfermedad. Lo cual puede conducir a una depresión si no se ataca estos síntomas con rapidez.
Uno de los primeros síntomas que presentan los pacientes a nivel psicológico es el total desconcierto cuando les diagnostican la enfermedad. El no saber cómo se pudo haber contagiado es la primera sensación de los pacientes y lo llevan a una incertidumbre total. Luego de esto, el miedo se apodera de muchas personas a medida que se van desarrollando más síntomas de la enfermedad. Para entender esto, debemos saber que todos estos efectos psicológicos se encuentran en que el COVID es una enfermedad absolutamente impredecible. Afecta de muchas y de diferentes maneras a cada una de las personas que contrajeron la enfermedad. En este punto se produce un aumento considerable de la preocupación y la ansiedad en los pacientes.
Durante el proceso de internación, se produce el pico de angustia de los enfermos con COVID, ya que al encontrarse aislados se desarrolla una sensación de soledad absoluta. Esto es así por la imposibilidad de recibir visitas y quedan complemente solos con la única compañía de los médicos y enfermeros. Así es como le sigue una sensación de mareo y de distorsión del espaciotemporal, que se percibe con una sensación muy fuerte de desmotivación. Esta sensación es agravada por el hecho de que el aislamiento persiste una vez que el paciente es dado de alta, debido al temor de contagiar a personas cercanas.
Otro aspecto que se pasa por alto es que los enfermos con COVID, pueden detectar si se contagian con esta enfermedad al tener pérdida del gusto o pérdida del olfato. Pero no se toma la dimensión de los efectos psicológicos que puede tener en una persona perder, aunque sea por poco tiempo, esos sentidos. Esto es así, porque para las personas esos sentidos son generadores de muchos recuerdos, para otros significa su herramienta de trabajo y al perderlos significa perder totalmente su identidad. Los sentidos se consideran fundamentales en nuestro crecimiento desde que somos unos niños, ya que son primordiales para reconocer el mundo en el que nacimos y en el que vamos a crecer.
Es de suma importancia acompañar al enfermo todo lo que se pueda durante los primeros periodos de contagio y luego para su recuperación. Luego de pasar por este proceso tan complicado se recomienda la psicoprofilaxis, que tiene muchos ámbitos de aplicación y puede ser muy útil para la recuperación y la reinserción del paciente. No solo se realiza un trabajo con los especialistas, sino que también se realiza un trabajo en conjunto con la familia del paciente.