En esta oportunidad vamos a hablar de los trastornos de la ansiedad, de cómo esto afectó al jugador de tenis estadounidense Mardy Fish en su faceta profesional y en su vida cotidiana.
Para principios de la década del 2000, el tenis norteamericano estaba por entrar en un declive, ya que se estaba terminado la década dorada de este deporte en ese país. Diez años antes, como manera de prever esto se instaura un programa de reclutamiento para poder encontrar a los futuros “campeones norteamericanos”.
Andy Rodick, campeón estadounidense, y Mardy Fish, que llegó a ser el 7° mejor jugador del mundo en 2010, formaron parte de este programa. Lo que señalan como curioso era la mentalidad que se trató de instaurar en esos campos. Mostraban videos de fortaleza mental de la mano de JimCurrier en los que se decía que “para ser un campeón era necesario un 100% de esfuerzo mental, lo que implicaba no quejarse, no llorar y no mostrar debilidad”.
Ya al terminar el entrenamiento del campamento, Mardy Fish tenía 15 años y se muda a la casa de su amigo Andy Rodick para seguir su entrenamiento y comenzar su carrera profesional.
Los primeros puntos de inflexión se dan en los años 2005, 2007 y 2009 con la llegada de la oleada europea de tenistas Federer, Nadal y Pjocovich en esos respectivos años. Mardy Fish retoma un entrenamiento arduo en 2009 hasta el punto de comprar una cama hipervárica para recuperar su cuerpo.
Tiene un éxito moderado en su carrera hasta que sucede su primer ataque de pánico en 2012 en el torneo de Miami. Luego de recibir críticas por su desempeño al día siguiente mientras dormía, tiene taquicardia y es hospitalizado. Con síntomas como pensamientos negativos, aceleración del pulso cardíaco hasta alcanzar los 242 latidos por minuto.
Es sometido a una ablación y sale con éxito. Pero no era solo físico su problema y para ese momento no lo sabía. Ese mismo año en el torneo New York padecería sus dos mayores episodios de ataques de pánico y trastornos de ansiedad. En el primer en el partido contra Giles Simones que surge su primer ataque mientras juagaba el encuentro. Fue una oleada de pensamientos negativos mientras descansaban en uno de los entretiempos. Gana ese partido y al otro día debía jugar contra Federer.
Su estado no se lo permitió y no se presentó a jugar. Se encierra en su casa por meses y busca ayuda profesional. Un psicólogo infantil le diagnostica trastorno de ansiedad severa. Proceden con un tratamiento de rigurosa visita médica los 7 días de la semana, meditación y por sobre todo tratar de modificar su narrativa en su proceso de pensamiento cuando se encontraba en lugares negativos.
Su taquicardia era producto de la ansiedad que lo ponía más nervioso convirtiéndose en un círculo vicioso. Con mucho esfuerzo puede recuperarse y volver a jugar tenis en un torneo de dobles con su amigo Andy Rodick. Por si fuera poco, cinco años más tarde es convocado para ser el capitán y técnico del equipo estadounidense para la Copa Davis. Un claro final feliz para un gran atleta que supo enfrentar y lidiar con sus temores psicológicos más profundos.