Los cambios son vitales pero en muchos casos, cometemos el error de colocarnos a la defensiva, de esperar que algo ocurra como por arte de magia cuando en realidad, la búsqueda de la felicidad y del destino es totalmente personal e intransferible. Existe una ley sencilla pero que, sin embargo, nos cuesta mucho asumir. Si de verdad queremos generar cambios en nuestra vida tenemos que hacer algo al respecto. Es decir, no podemos colocarnos a la espera sino que debemos hacer cosas distintas de las que hacemos habitualmente para obtener resultados nuevos. No se trata de cambiar todos los hábitos, pero sí algunos.
La raíz del cambio está en ti
¿Y qué ocurre en este tipo de situación? Que tenemos tal apego a lo conocido que nos cuesta mucho salir de la zona de confort, abrir nuevas puertas, experimentar y arriesgar. Porque no existe mayor miedo que el miedo al miedo. Este es el principal punto de conflicto. Vivir en una lucha interior constante entre el deseo y la realidad que se muestra como aparentemente inamovible. Hay cosas que tú no puedes cambiar en tu vida por mucho que te esfuerces. Por ejemplo, es imposible que detengas el tiempo. Pero sí es posible que hagas muchas cosas positivas con ese tiempo que te es dado.
El otoño es una de las estaciones del año más nostálgicas, en muchos casos, fuente de cierta tristeza y apatía como consecuencia de esos días cortos, pocas horas de luz solar y caída de hojas de los árboles que es una metáfora de cómo podemos sentirnos en un tiempo en el que tal vez, somos conscientes de las cosas que vamos perdiendo como consecuencia de los otoños de la vida.
Nadie puede detener el reloj de su vida en un punto en concreto. Sin embargo, al cumplir años sí podemos comprender cómo el tiempo no es eterno. Y mientras que durante la infancia y los veinte años se observa el futuro como interminable, en algún momento observas la vida de otro modo y te posicionas ante el destino con mayor prudencia y humildad. Porque sabes que en algún momento algo puede cambiar.
En la vida hay muchos tipos de cambios. Algunos son externos, ocurren incluso en contra de nuestra propia voluntad. Sin embargo, en este artículo me gustaría animarte a que te concentres en aquellos cambios que sí puedes gestionar, en esos objetivos de vida que responden a tus ideales de fuerza y esperanza.
Porque la historia de la vida es única para cada ser humano. No vivas a medias anestesiado por el confort de la sociedad actual o la búsqueda de placer. La felicidad integra el confort y el placer pero va mucho más allá. La felicidad es una misión que has venido a cumplir.
Nunca vas a tener una ocupación tan importante como la propia vida, ningún proyecto, ninguna empresa es tan fascinante como ésta. No dejes esta gran aventura a medias creyendo que los cambios llegarán porque sí en algún momento del mañana.
