Muchas veces al leer personalidad esquizoide, se suele pensar inmediatamente en la esquizofrenia, pero, aunque se pueden llegar a parecer, son cosas totalmente diferentes. El trastorno de personalidad esquizoide se suele dar cuando una persona tiene una aparente imposibilidad para expresar sus emociones, incluso llegar a carecer de las mismas y cuando su realidad no se corresponde al mundo real.
Otra característica importante es que, aunque no tienen mayor problema para socializar, prefieren definitivamente no hacerlo y permanecer solos, sintiéndose realmente incómodos al intentar entablar una conversación con todo tipo de personas, sean amigos, familiares, cónyuges, etcétera. Por ello, suelen ser discriminados y aislados, algo que de hecho prefieren. Su indiferencia ante todo y todos, les hace de alguna forma poder prescindir de todo tipo de contacto, aunque en algunos casos, requieren de una pareja para encontrar una sensación de “estabilidad,” pero inmediatamente se sienten agobiados cuando se les exige cariño, contacto físico o emocional, pudiendo incluso reaccionar violentamente ante esta “invasión” de su privacidad.
Las personas diagnosticadas con trastorno de personalidad esquizoide suelen no presentar reacción alguna frente a las críticas, sean éstas positivas o negativas, y reaccionan con frialdad incluso ante las situaciones más adversas que les involucren directamente. Por ello, suelen parecer personas calculadoras, frías, distantes y objetivas, aunque también son síntomas de esta desfavorable condición.
En cuanto a las relaciones personales e íntimas, suelen prestar una atención nula a su pareja, familiares o amigos más cercanos, pero pensar que todo marcha de maravilla. Esto es por que su “visión” no se corresponde con la realidad y realmente no tienen forma de saber cómo marchan sus relaciones, una porque no les interesa preguntar y dos porque hacen caso omiso de las críticas. Por ello, suelen preferir personas que muestren poca o ninguna exigencia en cuanto a cariño o atención.
